Nuevos detalles del aprendizaje a nadar y comportamientos de forrajeo de los polluelos
Los polluelos de pingüino emperador nacen en uno de los lugares más inhóspitos de la Tierra: el mundo helado de la Antártida. La infancia en este entorno es difícil y solo dura unos cinco meses, cuando sus anteriormente cariñosos padres dejan que los polluelos se valgan por sí mismos.
Una nueva investigación realizada por el Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI) y sus colegas revela los comportamientos previamente desconocidos de los pingüinos emperador juveniles en sus críticos primeros meses, cuando abandonan su colonia de nacimiento y aprenden por primera vez a nadar, bucear y encontrar comida.
El artículo, publicado el 17 de enero de 2019 en la revista Marine Ecology Progress Series, también destaca la conexión única entre las conductas de buceo juvenil y una capa del océano, conocida como termoclina, donde las aguas superficiales más cálidas se encuentran con las aguas profundas más frías y donde sus presas probablemente se reúnen en grupos.
"Este estudio proporciona información sobre una parte importante, pero mal entendida, de su ciclo de vida, que es esencial para poder predecir mejor la respuesta de las especies al futuro cambio climático", dice Sara Labrousse, investigadora postdoctoral del WHOI y autora principal del artículo.
Investigadores del Centre d'Etudes Biologiques de Chizé (CEBC) en Francia marcaron 15 pingüinos juveniles antes de que en diciembre los animales abandonaran su colonia en Terre Adélie durante el trabajo de campo de 2013 y 2014, cuando el clima generalmente comienza a calentarse y el hielo empieza a romperse, creando aguas abiertas cerca del sitio de anidación.
Los investigadores colocaron etiquetas en los lomos inferiores de pollos sanos que tenían las mejores posibilidades de supervivencia. Las etiquetas registraron los movimientos de los pingüinos y transmitieron por satélite datos de ubicación y buceo. Se registraron más de 62.000 inmersiones.
Las etiquetas revelaron que los pingüinos juveniles se movieron inicialmente hacia el norte para alcanzar áreas de aguas abiertas y más cálidas.
"Es esencialmente cuando están aprendiendo a nadar", dice Labrousse. "Eso no es algo que sus padres les enseñen. Cuando entran por primera vez en el agua, son muy torpes e inseguros de sí mismos. No son los rápidos y elegantes nadadores que son sus padres".
Las etiquetas mostraron que una vez que los pingüinos emperadores juveniles adquirieron más experiencia en el buceo, se dirigieron al sur y entraron en la zona de hielo marino donde pasaron los meses de invierno haciendo inmersiones más profundas debajo del hielo marino.
"Eso fue algo que nos sorprendió porque antes no sabíamos cuánto tiempo se quedaban en el hielo marino", dice Labrousse. "Resulta que pasan la mayor parte del invierno buceando bajo el hielo marino".
La termoclina comienza a profundizarse en otoño. La inmersión más profunda de los animales probablemente estaba relacionada con la profundidad de la termoclina y el cambio estacional en la distribución de sus presas, krill y otros peces desde la superficie hasta las profundidades, dice Labrousse. La inmersión más profunda registrada por las etiquetas fue a 264 metros.
"El siguiente paso en esta investigación sería utilizar etiquetas que puedan registrar la muerte en el mar", dice Labrousse. "Eso nos daría datos sobre sus tasas de supervivencia, que no tenemos para este estudio".
En dos individuos las etiquetas dejaron de registrar inmersiones después de menos de un día, mientras que la etiqueta de otro pingüino se detuvo después de 31 días. Las etiquetas de los 12 pingüinos restantes registraron viajes que duraron de 86 a 344 días.
"En los casos en que las etiquetas dejan de transmitir, no sabemos si le pasó algo al animal o si se debió a una batería u otro problema técnico con la etiqueta", agrega Labrousse.
Los pingüinos emperador (Aptenodytes forsteri) son la especie más grande de pingüino. Son particularmente vulnerables al cambio climático porque sus ciclos de vida dependen mucho del hielo marino. Su ciclo de reproducción comienza en marzo (otoño en la Antártida) cuando el hielo marino es lo suficientemente espeso como para sostener a su colonia.
Después de poner un solo huevo cada una, las hembras dejan la colonia para pescar y engordar para poder alimentar a sus polluelos. Los machos se quedan atrás y sostienen el huevo en la parte superior de sus pies, metido debajo de su bolsa de incubación para darle calor y protejerle. Durante este periodo, muy poco hielo marino puede reducir la disponibilidad de criaderos y presas; demasiado hielo marino significa viajes de caza más largos para los adultos, lo que a su vez significa tasas de alimentación más bajas para los pollitos.
"Los jóvenes permanecen en el mar durante cinco o seis años antes de regresar a la colonia para aparearse", dice Stephanie Jenouvrier, bióloga del WHOI y coautora del estudio. "Necesitamos entender mejor la dinámica de lo que sucede durante el tiempo en que los jóvenes están lejos de la colonia. Comprender cómo responderán al paisaje cambiante en términos de reproducción y otras etapas de la historia de vida es clave para predecir las respuestas de la población y la persistencia de las especies ante el futuro cambio climático".
Artículo científico: First odyssey beneath the sea ice of juvenile emperor penguins in East Antarctica
Crédito imágenes: Woods Hole Oceanographic Institution
