Las marsopas no forman parte de la dieta de las orcas residentes del sur
Durante décadas se ha observado que las orcas que se alimentan de peces en el noroeste del Pacífico acosan e incluso matan a las marsopas sin consumirlas, un desconcertante comportamiento que ha intrigado a los científicos durante mucho tiempo.
Un estudio codirigido por Deborah Giles de Wild Orca y Sarah Teman de la SeaDoc Society, un programa de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UC Davis, analizó más de 60 años de interacciones registradas en el Mar de Salish entre orcas residentes del sur y marsopas para comprender mejor por qué exhiben este comportamiento.
Las orcas residentes del sur (Orcinus orca) son una población en peligro de extinción y suman sólo 75 individuos. Su supervivencia está íntimamente ligada a la suerte del salmón chinook (Oncorhynchus tshawytscha), también una especie en peligro de extinción. Sin suficiente salmón chinook, estos cetáceos están en peligro de extinción.
"Me preguntan con frecuencia por qué las residentes del sur no comen focas o marsopas", dijo Giles. "Esto se debe a que las orcas que se alimentan de peces tienen una ecología y una cultura completamente diferentes a las de las orcas que se alimentan de mamíferos marinos, aunque las dos poblaciones viven en las mismas aguas. Así que debemos concluir que sus interacciones con las marsopas tienen un propósito diferente, pero este propósito hasta ahora sólo ha sido especulación".
Imagen: Orca residente del sur L119 sosteniendo en su boca una cría de marsopa común que finalmente fue ahogada por L119, L77 y L113 el 21 de septiembre de 2016. Foto de Mark Malleson
Tres explicaciones plausibles
Si bien ya en 1962 los científicos han registrado casos de orcas residentes del sur que acosaron a las marsopas, las razones de este comportamiento han seguido siendo un misterio durante mucho tiempo. Giles, Teman y un equipo de colaboradores analizaron 78 incidentes documentados de acoso de marsopas entre 1962 y 2020. El estudio sugiere tres explicaciones plausibles:
• Juego social: el acoso de las marsopas puede ser una forma de juego social para las orcas. Como muchas especies inteligentes, estos cetáceos a veces participan en actividades lúdicas para establecer vínculos, comunicarse o simplemente divertirse. Este comportamiento podría beneficiar la coordinación grupal y el trabajo en equipo.
• Práctica de caza: Otra hipótesis sugiere que el acoso de las marsopas podría perfeccionar sus habilidades para cazar salmones. Las orcas residentes del sur podrían ver a las marsopas como objetivos móviles para practicar sus técnicas de caza, incluso si no tienen la intención de consumirlas.
• Comportamiento de mala maternidad: esta teoría sugiere que las ballenas pueden estar intentando cuidar a las marsopas que perciben como más débiles o enfermas, una manifestación de su inclinación natural a ayudar a otros en su grupo. Se ha visto a hembras cargando a sus crías muertas y también se las ha visto cargando marsopas.
"El comportamiento de mala maternidad (mismothering behavior en inglés), también conocido por los científicos como 'comportamiento epimelético desplazado', podría deberse a sus limitadas oportunidades para cuidar a las crías", explicó Giles. "Nuestra investigación ha demostrado que debido a la desnutrición, casi el 70% de los embarazos de orcas residentes del sur han resultado en abortos espontáneos o crías que mueren inmediatamente después del nacimiento".
Imagen: ¿Es acoso, juego o algo más? Las orcas interactúan con una marsopa. Crédito: Wild Orca
Especializadas en el salmón
A pesar de estas intrigantes ideas, Giles, Teman y sus colaboradores reconocen que es posible que nunca se comprenda completamente la razón exacta detrás del acoso a las marsopas. Lo que está claro, sin embargo, es que las marsopas no forman parte de la dieta de las orcas residentes del sur. Las dietas de las orcas residentes del sur están altamente especializadas en salmón, lo que hace que sea muy improbable la idea de comer marsopas.
"Las orcas son animales increíblemente complejos e inteligentes. Descubrimos que el comportamiento de acoso a las marsopas se ha transmitido de generación en generación y entre grupos sociales. Es un sorprendente ejemplo de la cultura de las orcas", dice Teman. "Aún así, no esperamos que las orcas residentes del sur comiencen a comer marsopas. La cultura de comer salmón está profundamente arraigada en la sociedad de residentes del sur. Estos cetáceos necesitan para sobrevivir poblaciones saludables de salmón".
Esta investigación subraya la importancia de conservar las poblaciones de salmón en el Mar de Salish y en todo el área de distribución de las orcas. Mantener un suministro adecuado de salmón es vital para la supervivencia y el bienestar de las orcas residentes del sur y la salud general del ecosistema del Mar Salish.
Imagen: Una cría de marsopa común fue sacada del agua por la L115 el 21 de septiembre de 2019. La marsopa finalmente se alejó nadando y se desconocía su resultado de supervivencia. Foto de Candice Emmons
Afinidad por el juego
Este estudio llega en un momento en que una población separada de orcas en la Península Ibérica ha acaparado los titulares internacionales por interactuar y, en tres ocasiones, hundir barcos frente a las costas de Portugal y España. En definitiva, las orcas residentes del sur y las orcas de la Península Ibérica son dos poblaciones diferentes con culturas distintas. Una cosa que los dos podrían tener en común es su afinidad por el comportamiento lúdico.
El estudio ha sido publicado en Marine Mammal Science: Harassment and killing of porpoises ("phocoenacide") by fish‐eating Southern Resident killer whales (Orcinus orca)