Solo se han encontrado anteriormente otras seis ballenas picudas de Bahamonde
Las ballenas picudas de Bahamonde, zifio de Travers o mesoplodón de Bahamonde (Mesoplodon traversii) son las más raras del mundo y nunca se han registrado avistamientos en vivo. Nadie sabe cuántas son, qué comen o incluso dónde viven en la vasta extensión del Océano Pacífico sur. Sin embargo, es posible que los científicos de Nueva Zelanda hayan encontrado finalmente una pista.
La Agencia de Conservación del país dijo el lunes que se cree que una criatura que apareció varada en una playa de la Isla Sur este mes es una ballena picuda de Bahamonde (spade-toothed whale en inglés). La criatura de cinco metros de largo, un tipo de zifio, fue identificada después que llegó a la costa en una playa de Otago por sus patrones de color y la forma de su cráneo, pico y dientes.
"Sabemos muy poco, prácticamente nada sobre estas criaturas", afirmó Hannah Hendriks, asesora técnica marina del Departamento de Conservación. "Esto conducirá a una ciencia asombrosa y a información pionera en el mundo".
Si se confirma que el cetáceo es la esquiva ballena picuda de Bahamonde, sería el primer espécimen encontrado en un estado que permitiría a los científicos diseccionarlo, permitiéndoles mapear la relación de la ballena con las otras pocas especies encontradas, aprender qué come y tal vez obtener pistas sobre dónde vive.
Sólo se han localizado otras seis ballenas picudas de Bahamonde, y las encontradas intactas en las playas de la Isla Norte de Nueva Zelanda fueron enterradas antes de que las pruebas de ADN pudieran verificar su identificación, dijo Hendriks, frustrando cualquier posibilidad de estudiarlas.
Esta vez, la ballena varada fue transportada rápidamente a un lugar de almacenamiento en frío y los investigadores trabajarán con las iwi (tribus) maoríes locales para planificar cómo será examinada, dijo la agencia de conservación.
Imagen: En esta fotografía proporcionada por los guardabosques del Departamento de Conservación, Jim Fyfe y Tūmai Cassidy caminan junto a lo que se cree que es una rara ballena picuda de Bahamonde, el 5 de julio de 2024, después de que fuera encontrada varada en la costa en una playa cerca de Otago, Nueva Zelanda. Crédito: Departamento de Conservación de Nueva Zelanda
Los pueblos indígenas de Nueva Zelanda consideran a las ballenas como un taonga (un tesoro sagrado) de importancia cultural. En abril, los líderes indígenas del Pacífico firmaron un tratado que reconoce a las ballenas como "personas jurídicas", aunque dicha declaración no se refleja en las leyes de las naciones participantes.
Actualmente no se sabe nada sobre el hábitat de las ballenas. Las criaturas se sumergen profundamente en busca de alimento y probablemente salen a la superficie tan raramente que ha sido imposible limitar su ubicación más allá del sur del Océano Pacífico, hogar de algunas de las fosas oceánicas más profundas del mundo, dijo Hendriks.
"Es muy difícil investigar sobre mamíferos marinos si no se los ve en el mar", dijo. "Es como una aguja en un pajar. No sabes dónde buscar".
La agencia de conservación dijo que las pruebas genéticas para confirmar la identificación de la ballena podrían llevar meses.
Fueron necesarios "muchos años y un enorme esfuerzo por parte de investigadores y habitantes locales" para identificar a los "increíblemente crípticos" mamíferos, dijo Kirsten Young, profesora titular de la Universidad de Exeter que ha estudiado las ballenas picudas de Bahamonde. El nuevo descubrimiento "me hace preguntarme: ¿Cuántas hay en las profundidades del océano y cómo viven?", dijo Young.
Imagen derecha: Ubicación, identificación de especies y morfología del zifio de Travers (Mesoplodon traversii).
Los primeros huesos de ballena picuda de Bahamonde se encontraron en 1872 en la isla Pitt de Nueva Zelanda. Se hizo otro descubrimiento en una isla costera en la década de 1950, y los huesos de una tercera se encontraron en la isla Robinson Crusoe de Chile en 1986. La secuenciación de ADN en 2002 demostró que los tres especímenes eran de la misma especie y que eran distintos de otras ballenas picudas.
Los investigadores que estudian al mamífero no pudieron confirmar si la especie se extinguió. Luego, en 2010, dos ballenas picudas de Bahamonde, ambas muertas, aparecieron varadas en una playa de Nueva Zelanda. Al principio se confundió con uno de los otros 13 tipos más comunes de zifios de Nueva Zelanda, pero las muestras de tejido, tomadas antes de ser enterradas, revelaron más tarde que se trataba de la enigmática especie. En 2012 se publicó un estudio sobre estos hallazgos en la revista Current Biology: "The world’s rarest whale"
Nueva Zelanda es un punto crítico de varamiento de ballenas, con más de 5.000 episodios registrados desde 1840, según el Departamento de Conservación.