Las aguas del mar de Salish son demasiado ruidosas para que puedan cazar con éxito
El mar de Salish (las aguas costeras interiores de Washington y Columbia Británica) es el hogar de dos poblaciones únicas de orcas que se alimentan de peces: las orcas residentes del norte y las orcas residentes del sur.
La actividad humana durante gran parte del siglo XX, incluida la reducción de las poblaciones de salmón y la captura de orcas con fines de entretenimiento, diezmó sus números. En este siglo, la población residente del norte ha crecido de manera sostenida hasta superar los 300 individuos, pero la población residente del sur se ha estancado en alrededor de 75. Siguen estando en grave peligro de extinción.
Una nueva investigación dirigida por la Universidad de Washington (UW) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha revelado cómo el ruido submarino producido por los humanos puede ayudar a explicar la difícil situación de las residentes del sur. En un artículo publicado el 10 de septiembre el equipo informa que la contaminación acústica submarina, tanto de grandes como pequeñas embarcaciones, obliga a las orcas residentes del norte y del sur a dedicar más tiempo y energía a la caza de peces.
El ruido también reduce el éxito general de sus esfuerzos de caza. El ruido de los barcos probablemente tenga un descomunal impacto en las manadas de orcas residentes del sur, que pasan más tiempo en partes del mar de Salish con mucho tráfico de barcos.
Imagen: Una manada de residentes del sur pasa junto a un transbordador (parte del sistema de transbordadores del estado de Washington) en el mar de Salish. Imagen tomada con permiso de la NOAA. Candice Emmons/NOAA Fisheries
"El ruido de los barcos afecta negativamente cada paso del comportamiento de caza de las orcas residentes del norte y del sur: desde la búsqueda hasta la persecución y, finalmente, la captura de la presa", dijo la autora principal Jennifer Tennessen, científica investigadora senior del Centro de Centinelas del Ecosistema de la UW, que comenzó este estudio como investigadora postdoctoral en el Centro de Ciencias Pesqueras del Noroeste de la NOAA.
"Esto pone de manifiesto por qué las residentes del sur, en particular, no se han recuperado. Un factor que dificulta su recuperación es la disponibilidad y accesibilidad de su presa preferida: el salmón. Cuando se introduce ruido, se hace aún más difícil encontrar y atrapar presas que ya son difíciles de encontrar".
Las orcas residentes del norte y del sur buscan alimento mediante ecolocalización. Los individuos transmiten cortos chasquidos a través de la columna de agua que rebotan en otros objetos. Esas señales regresan a las orcas como ecos que codifican información sobre el tipo de presa, su tamaño y ubicación. Si las orcas detectan salmones, pueden iniciar un complejo proceso de persecución y captura, que incluye ecolocalización intensificada e inmersiones profundas para intentar atrapar y capturar peces.
El equipo, que también incluye científicos de Pesca y Océanos de Canadá, Wild Orca, Cascadia Research Collective y la Universidad de Cumbria en el Reino Unido, analizó datos de orcas residentes del norte y del sur, cuyos movimientos fueron rastreados mediante etiquetas digitales o "Dtags". Las Dtags, del tamaño de un teléfono celular, que se adhieren de forma no invasiva justo debajo de la aleta dorsal de la orca mediante ventosas, recopilan datos sobre los movimientos corporales tridimensionales, la posición, la profundidad y otros datos ambientales, incluidos, fundamentalmente, los niveles de sonido en las ubicaciones de los cetáceos.
Imagen: Una orca residente del norte inicia una inmersión mientras lleva una Dtag adherida temporalmente a su lomo mediante ventosas de neopreno. La etiqueta impermeable contiene dos micrófonos submarinos, sensores de presión y temperatura, acelerómetros triaxiales y magnetómetros para ayudar a los investigadores a comprender cómo se desplazan las orcas en el agua e interactúan con su entorno. Imagen tomada con permiso de la NOAA. Crédito: Brianna Wright/Fisheries and Oceans Canada
"Las Dtags son una innovación fundamental para que podamos comprender de primera mano las condiciones ambientales que experimentan las orcas residentes", afirmó Tennessen. "Abren una ventana a lo que escuchan las orcas, su comportamiento de ecolocalización y los movimientos muy específicos que inician cuando cazan presas".
Los investigadores analizaron datos de 25 Dtags colocadas en orcas residentes del norte y del sur durante varias horas en días específicos entre 2009 y 2014. El análisis profundo de los datos Dtag mostró que el ruido de las embarcaciones, en particular de las hélices, aumentaba el nivel de ruido ambiental en el agua. El aumento del ruido interfería con la capacidad de las orcas para oír e interpretar la información sobre las presas transmitida por ecolocalización. Por cada decibelio adicional que aumentaba el nivel máximo de ruido en torno a las orcas, los investigadores observaron lo siguiente:
• Mayor probabilidad de que las orcas macho y hembra busquen presas
• Menor probabilidad de que las hembras persigan presas
• Menor probabilidad de que tanto los machos como las hembras capturen presas
Las Dtags también registraron intentos de caza de orcas en "inmersiones profundas". De 95 intentos de este tipo, la mayoría se produjeron en entornos con ruido bajo o moderado. Pero seis inmersiones de caza profunda se produjeron en entornos especialmente ruidosos, y solo una de ellas tuvo éxito.
El equipo descubrió que el ruido tenía un impacto desproporcionadamente negativo en las hembras, que tenían menos probabilidades de perseguir presas que habían sido detectadas en condiciones ruidosas. Los datos de Dtag no indicaron el motivo, aunque las posibles explicaciones incluyen una renuencia a dejar a las crías vulnerables en la superficie mientras se persigue a la presa en largas persecuciones que pueden no ser fructíferas, y la presión de las hembras lactantes para conservar energía.
Imagen: Una orca persigue a un salmón hasta la superficie. A menudo, las orcas reposicionan y "procesan" a su presa cerca de la superficie, antes de despedazarla y compartirla con otras de su grupo. Imagen tomada con permiso de la NOAA. Candice Emmons/NOAA Fisheries
Aunque las orcas residentes del sur a menudo comparten entre sí presas capturadas, el impacto del ruido puede contribuir al estrés nutricional entre las hembras, que investigaciones anteriores han vinculado con altas tasas de fracaso del embarazo entre los residentes del sur.
La reducción de la velocidad de las embarcaciones permite que las orcas vivan en aguas más tranquilas. Ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y Canadá cuentan con programas voluntarios de reducción de la velocidad de las embarcaciones: el Programa Echo, iniciado en 2014 por la Autoridad Portuaria de Vancouver Fraser, y el Programa Quiet Sound, lanzado en 2021 para las aguas del estado de Washington. Pero reducir el ruido es sólo un factor para salvar a las orcas residentes del sur y ayudar a las residentes del norte a continuar recuperándose.
"Si se tiene en cuenta el complicado legado que hemos creado para las orcas residentes (la destrucción del hábitat del salmón, la contaminación del agua y el riesgo de colisiones con embarcaciones), sumarle la contaminación acústica no hace más que agravar una situación que ya es terrible", dijo Tennessen. "La situación podría revertirse, pero sólo con un gran esfuerzo y coordinación por nuestra parte".
La investigación se ha publicado en Global Change Biology: Males miss and females forgo: Auditory masking from vessel noise impairs foraging efficiency and success in killer whales