Cetáceos y tortugas, blindados por las leyes en la UE, caen masivamente en las redes de deriva marroquíes
Proyecto de Alnitak "Alborán, un caso práctico para la aplicación de la Estrategia Marina Europea"
El mar de Alborán, el vestíbulo del Mediterráneo, muestra el naufragio de algunas políticas de conservación en España.
Por el Estrecho de Gibraltar entran grupos de hasta 500 delfines comunes, extinguidos en el resto del Mediterráneo.
En el norte de Alborán estas manadas de cetáceos están blindadas por la legislación, pero cuando surcan el mar apenas unos kilómetros hacia el sur, caen de manera masiva en las redes de deriva de los barcos marroquíes. Y solo quedan unos 10.000 en todo el Mediterráneo, prácticamente todos en Alborán.
Estas artes de pesca, prohibidas en la UE desde 2002, son como telas de araña de hasta 35 kilómetros que barren la superficie del océano y arrasan con todos los animales que se encuentran a su paso, aunque los pescadores sólo se queden con atunes y peces espada. En Marruecos, todavía faenan un centenar de barcos con estas redes, según el biólogo Ricardo Sagarminaga, presidente de la asociación de conservación marina Alnitak.
Aunque el uso de este arte de pesca fue prohibido hace más de 15 años por las Naciones Unidas, continúa siendo utilizado y representa una amenaza grave para los cetáceos, tortugas y tiburones. La principal especie comercial perseguida por este arte de pesca es el pez espada, cuyo stock está sobreexplotado y cuya pesquería se encuentra escasamente regulada. Actualmente las redes de deriva representan más de un 20% de las capturas del pez espada en el Mediterráneo y también se utilizan para la captura ilegal de atún rojo.
Sólo quedan unos 10.000 delfines en todo el Mediterráneo
Sagarminaga y su equipo acaban de concluir el proyecto "Alborán, un caso práctico para la aplicación de la Estrategia Marina Europea".
Su informe final, contundente, denuncia "la inutilidad en la mayoría de los casos de resolver problemas en un lado de una cuenca marina cuando en el otro lado no se hace lo mismo".
No sólo ocurre con los delfines comunes. Hasta hace pocos años, entre 20.000 y 30.000 tortugas marinas, muchas de ellas amenazadas, morían a manos de la flota palangrera española, que utiliza cordeles kilométricos de los que cuelgan centenares de anzuelos para capturar atunes y peces espada. Ahora, la mortalidad de las tortugas se ha reducido un 90% gracias a la concienciación de los pescadores, que han pasado a emplear anzuelos circulares, menos nocivos, y evitan las zonas de los reptiles.
Esto ocurre en el litoral español, en las costas de Cádiz, Málaga, Granada y Almería. Unos pocos kilómetros hacia el sur, las tortugas caen en las redes de los pescadores de Marruecos.
Sin cifras
"Se calcula que en las redes ilegales marroquíes mueren decenas de miles de delfines y unas 10.000 tortugas cada año, pero no hay estimaciones fiables", alerta Sagarminaga. Su grupo ha recorrido este mar entre 2008 y 2010 para estudiar el estado de cetáceos, aves y tortugas en ambas costas, la europea, ya muy trillada, y la africana, desconocida para la ciencia. El proyecto ha costado 200.000 euros, la mitad financiados por la Fundación Biodiversidad.
"Trabajamos para que no repitan nuestros errores", dice Sagarminaga
El gran objetivo de la expedición, subraya Sagarminaga, era "romper el desequilibrio norte-sur" e implicar a Marruecos y Argelia en la conservación, como exige la directiva europea sobre la Estrategia Marina, aprobada en 2008.
Para ello, han trabajado, de manera pionera, con una veintena de técnicos del Instituto Nacional de Investigación Haliéutica marroquí y de la Universidad de Orán. "Hay un plan en Marruecos para cambiar las redes de deriva por palangre. Trabajamos para que no repitan nuestros errores y para que Argelia no herede las redes de deriva marroquíes", afirma Sagarminaga.
Las redes de deriva en el Mediterráneo
• La pescaLas redes de deriva son un arte de pesca pasivo de uso muy extendido por todo el Mediterráneo, utilizado en países como Italia, Marruecos, Turquía, Argelia, Túnez y probablemente Albania. Hasta 2007, una flota de alrededor de un centenar de thonaillers franceses también utilizaba redes de deriva.
Este arte de pesca consiste en paños de red que disponen de una relinga superior de fl otadores y una relinga inferior suficientemente lastrada como para mantener la verticalidad de la red sin que pierda su capacidad de enmalle. Las características de las redes, como la coloración, la luz de malla, la longitud o el peralte, varían dependiendo de las especies objetivo o los puertos base de las embarcaciones que las usan.
En el Mediterráneo, las especies objetivo de las redes de deriva son pelágicas, abarcando un amplio abanico que va desde la anchoa (Engraulis encrasicholus) hasta la sardina (Sardina pilchardus), pequeños túnidos como el bonito (Sarda sarda), la melva (Auxis spp.) o específicamente el pez espada (Xiphias gladius) o el atún blanco (Thunnus alalunga).
La pesca de pelágicos de tamaño medio y grande se lleva a cabo desde abril a agosto, aunque puede prolongarse durante periodos más largos, hasta el otoño, para los pequeños túnidos.
En las pesquerías de pez espada y túnidos, las redes de deriva se calan al caer la tarde en zig-zag y se comienzan a recoger con ayuda del halador antes del amanecer. En la mayoría de los casos las embarcaciones no salen a faenar durante los periodos de luna llena, dado que las capturas de pez espada experimentan variaciones significativas dependiendo de la fases del ciclo lunar. Las capturas con redes de deriva acusan un fuerte descenso en estos periodos25, al permanecer esta especie a mayor profundidad durante los periodos de luna llena.
Generalmente, las principales áreas de pesca coinciden con las áreas de reproducción del pez espada, como el Tirreno central y sur, si bien las flotas artesanales también capturan esta especie en aguas costeras.
• Las capturas accidentales
Las redes de deriva han demostrado ser una amenaza para la conservación de especies en peligro. Calar las redes en superficie y emplear luces de malla de gran tamaño, son algunas de las causas de que cetáceos, tortugas y tiburones sean capturados por este arte de pesca.
Actualmente, y debido a la prohibición del uso de las redes de deriva, existen pocos datos recientes relativos al impacto de este arte de pesca sobre especies protegidas. Sin embargo, estudios realizados en el pasado ofrecen una idea aproximada de la magnitud del daño que infringen a la biodiversidad marina.
Las redes de deriva abarcan la mayor proporción de capturas accidentales de cetáceos en el Mediterráneo. Se estima que más de 10.000 ejemplares de cetáceos mueren cada año a causa de este arte de pesca. éstos, al quedar enmallados en las redes, mueren por asfixia al no poder subir a la superficie para respirar.
Entre las especies capturadas se encuentran casi todas aquellas presentes en el Mediterráneo, como los rorcuales comunes (Balaenoptera physalus), cachalotes (Physeter macrocephalus), calderones (Globicephala melas), zifios comunes (Ziphius cavirostris), calderones grises (Grampus griseus), delfines mulares (Tursiops truncatus), delfines listados (Stenella coeruleoalba) y delfines comunes (Delphinus delphis).
Para las poblaciones de algunas de estas especies el impacto resulta inasumible. Tal es el caso del delfín común (D. delphis) cuya población ha sido catalogada por la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como “en peligro”, siendo las redes de deriva una de las causas que han contribuido al declive de esta población.
NOTA: El uso de deriva en Marruecos fue regulado temporalmente a principios de los 90, a través de varias circulares ministeriales que limitaban las redes de deriva a una longitud de 2,5 metros y la luz de malla mínima a 400 mm139.
Con la adopción en ICCAT de la recomendación por la cual se prohibía el uso de redes de deriva para la captura de grandes pelágicos en el Mediterráneo, Marruecos planteó la aplicación de la prohibición, presentando en 2004 un plan de reconversión para la flota. Este plan preveía la eliminación total del uso de redes de deriva a partir del 1 de enero de 2009. Sin embargo, esta fecha no ha tardado en retrasarse dos años más, ante la imposibilidad de Marruecos de cumplir con los plazos.
A nivel internacional, Marruecos ha contado con el apoyo técnico y económico de EE.UU. y la UE para llevar a cabo con éxito la reconversión de este arte de pesca. EE.UU. mantiene negociaciones con el Reino de Marruecos desde 2004 para la eliminación de este arte de pesca y, en este contexto ha contribuido económicamente a este fin. La UE, en el marco del acuerdo de pesca con Marruecos firmado en 2006, incluyó una dotación económica de 1,25 millones de euros anuales con el mismo destino.
Mientras localizo el informe de Alnitak, podéis descargar unos completos informes de Oceana sobre el tema:
"El uso de redes de deriva por la flota marroquí"
"Pez espada y redes de deriva: la ausencia de control en las pesquerías del Mediterráneo."
Fuentes: Publico.es | Oceana