Los locales hacen uso de la carne de 40 ballenas piloto que han quedado varadas en la isla Sabu
El varamiento de 46 ballenas piloto en una pequeña isla en el sur-este de Indonesia - durante el cual todas murieron menos tres - se ha convertido en una inesperada bonanza de comida para los locales, que han tomado la carne para alimentarse, una práctica común de los cazadores de ballenas de la región.Muchas de las ballenas ya estaban muertas cuando fueron descubiertas el lunes por los lugareños en una playa de la isla de Raijua Sabu en la provincia East Nusa Tenggara. Según el funcionario de la isla Marthen Dira Tomé, algunas tenían múltiples heridas después de haber sido maltratadas contra los arrecifes de coral que la rodean.
"Seis de las ballenas estaban agotadas por lo que fueron arrastradas hacia la orilla. Lo más probable es que no hubieran sido capaces de nadar debido a sus lesiones", dijo Tomé el diario Jakarta Post.
Algunos residentes y activistas de los animales luchaban para ayudar a enviar al mar a las pocas ballenas supervivientes, ya que en repetidas ocasiones nadaron hacia la orilla.
Según Pramudya Harzani de la Red de caridad Jakarta Animal Aid, que fue el encargado de ayudar a rescatar a las ballenas, el varamiento puede haber sido debido en parte al rápido retroceso de las mareas de los monzones estacionales. Pero los científicos creen que las ballenas piloto siguen a un líder de grupo a la costa cuando se enferma, dejándolas varadas a todas juntas.
Los lugareños alrededor de la isla de Sabu son conocidos por sus tradicionales métodos de caza de ballenas, en particular los de la aldea de Lamalera en la vecina isla Lembata. Los pescadores utilizan botes de remos y arpones hechos a mano para cazar cachalotes en la misma forma que lo han hecho durante siglos, más tarde negocian con otros isleños lo que no deben comer ni utilizar del animal.
Debido a sus prácticas tradicionales, los cazadores de ballenas están exentos de la prohibición internacional de la ONU sobre el comercio ballenero, pero en los últimos años el pueblo ha estado bajo presión de organizaciones benéficas locales y el gobierno indonesio para ayudar a crear una zona de protección marítima en la zona.