Japón reanudará la caza de ballenas a pesar de la prohibición internacional

ballena minke

Un programa que utiliza el dinero de los contribuyentes para matar algo que casi nadie ansía

Japón ha anunciado recientemente que va a reanudar las operaciones de caza de ballenas en el Océano Antártico con el propósito de recolectar "datos científicos". La decisión fue recibida con indignación y fuertes críticas por otros países y grupos de conservación.

El comisionado de la CBI para Japón, Joji Morishita, anunció a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en una serie de nuevos documentos que su nación reanudará las operaciones balleneras en el Océano Antártico (o Sur) a partir de 2016, con un objetivo de unas 333 ballenas minke por año. Todo en nombre del progreso científico, afirman:

"Con el fin de lograr la conservación de los recursos antárticos mientras persequinos su utilización sostenible y para entender y predecir los efectos de factores como el cambio climático, es científicamente imprescindible obtener una comprensión exacta de muchos aspectos del ecosistema marino antártico incluyendo sus animales y su dinámica a través de la colección, la acumulación y el análisis de datos científicos", afirma el plan de investigación ballenera de Japón.

Japón, en ninguna manera, da nueva forma o sentido a la caza de ballenas - sus anteriores operaciones en el Océano Antártico se terminaron después que la Corte Internacional de Justicia falló en contra de ellas en marzo de 2014. Mientras que Japón afirmó que su caza de ballenas en esta región estaba justificada en virtud del Convenio Internacional de 1946 para la Regulación de la Caza de Ballenas por razón de la investigación científica, el tribunal consideró que el resultado de su investigación de casi una década, dos estudios basados en nueve ejemplares de ballenas, era deplorablemente insuficiente para justificar el programa y la magnitud de la masacre.

arponero japonés cazando una ballena"A la luz del hecho de que el programa de investigación ha estado sucediendo desde 2005, y ha supuesto la muerte de alrededor de 3.600 ballenas minke, la producción científica hasta la fecha parece limitada", dijo durante el fallo el juez presidente Peter Tomka de Eslovaquia.

Así que la comunidad internacional pensó que el programa de caza de ballenas se cerraría para siempre. Pero Japón ya anunció que continuaría la caza de ballenas, independientemente de la decisión de la Corte Internacional de Justicia con un nuevo programa modificado que planea la matanza de sólo 1/3 de las ballenas que su programa inicial había planeado.

Sin embargo, seamos serios - es difícil de justificar un programa científico que requiere la matanza de 333 ejemplares de ballenas por año. La decisión de Japón ha sido recibido con indignación por grupos conservacionistas y representantes de otras naciones que son parte de la moratoria de la CBI sobre la caza comercial.

"No aceptamos de ninguna manera o forma el concepto de matar ballenas para la denominada "investigación científica", dijo Greg Hunt, ministro de Australia para el medio ambiente. "Japón no puede decidir unilateralmente si ha abordado adecuadamente las preguntas [científicas]. No hay necesidad de matar ballenas en nombre de la investigación. Técnicas de investigación no letales son el método más eficaz y eficiente de estudiar todos los cetáceos".

Agregando su voz a los críticos está el historiador con sede en Tokio Jeff Kingston, que escribió para The Japan Times diciendo que la reanudación de la caza por Japón burla el Estado de Derecho y tendría repercusiones negativas que sobrepasan a los potenciales aspectos positivos para la industria ballenera del país.

"Los defensores de la caza de ballenas en el gobierno japonés pueden pensar que está justificado por razones culturales y culinarias, pero están arponeando la "Marca Japón". Se examinó el argumento científico de Japón para la reanudación de la caza de ballenas y fue hallado inconsistente por dos paneles de expertos internacionales", escribió.

"Por otra parte, en términos de imagen pública mundial de Japón, la caza de ballenas es un caso perdido. Es una letra escarlata diplomática que influye negativamente en la opinión pública en Europa, Norteamérica y Australia sobre un programa que utiliza el dinero de los contribuyentes para matar algo que casi nadie ansía - todo por el bien de una identidad nacional que pocos abrazan".

Todavía no está claro que repercusiones tendrá para la nación japonesa, pero es probable que veamos pronto la respuesta mundial al programa ballenero de Japón.

Etiquetas: CazaBallenaJapónAntartida

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