Es bárbaro, atrasado y casi impensable que en 2016 suceda algo así
Han aparecido lamentables imágenes de delfines nariz de botella que se ven obligados a saltar a través de aros de fuego en un circo ambulante en Indonesia. El vídeo, publicado por Dolphin Project de Ric O'Barry y reportado por el Daily Mail, es complicado de ver.
Muestra a los entrenadores gritando a los delfines para animar a los animales a lanzar sus cuerpos a sólo centímetros de lamer las llamas:
Los delfines se ven obligados a llevar balones de baloncesto con sus aletas pectorales mientras nadan hacia atrás. El circo también muestra osos y nutrias actuando para una emocionada multitud.
Vamos a rebobinar un poco. En la década de 1960 Ric O'Barry trabajó como cazador y entrenador de delfines para el Miami Seaquarium, formando finalmente a cinco delfines que desempeñaban a Flipper en un programa de televisión.
Pero todo eso cambió con Kathy. Ella era la más activa de los Flipper, pero un día O'Barry vio que fallaba en resurgir por el aire. En ese momento, O'Barry comenzó a preguntarse si los delfines se mantenían con humanidad, y si alguna vez podría ser.
Avance rápido hasta 2016. O'Barry ha pasado los últimos 46 años dedicados a la defensa de los delfines. Fundó Dolphin Project, una organización sin fines de lucro destinada a educar a la gente sobre los peligros que enfrentan los delfines en cautiverio.
El trabajo de O'Barry con el proyecto Dolphin le ha llevado a todo el mundo a dar conferencias sobre la inteligencia de los delfines y la capacidad para actuar pidiendo el fin del cautiverio de delfines, tanto en parques temáticos como en acuarios.
O'Barry también participó en el gráfico documental sobre las masacres de delfines de Taiji, "The Cove", que exploró el mercado para la captura de delfines para la exhibición pública.
Y así, recientemente, el trabajo de O'Barry lo llevó a estos crueles circos itinerantes indonesios, donde los delfines están en grave peligro. Incluso cuando no saltan a través del fuego, los animales viven en condiciones terribles encajonados en redes después de cada actuación para ser transportados en camiones abiertos al próximo espectáculo.
La unidad puede tardar hasta 30 horas por una carretera sin pavimentar llena de baches, exponiendo a los delfines a peligrosos niveles de estrés y condiciones de hacinamiento. Estos tanques de viaje son tan peligrosos que, de hecho, muchos delfines mueren antes de que puedan llegar a su próxima actuación. Y esto, a su vez, conduce a más delfines que se capturan de la naturaleza.
Lee más acerca de cómo evitar estos circos en la página web del Proyecto Dolphin.