Una nueva investigación muestra que 100.000 ballenas muertas eran sólo la punta del iceberg
Es fácil subestimar el poder y la escala de la industria ballenera americana del siglo XIX. Hoy en día, lo que queda de la caza de ballenas a gran escala se concentra en sólo tres países: Noruega, Islandia y Japón. Pero a mediados de la década de 1800, América dominaba.
En su punto máximo en 1846, los balleneros estadounidenses controlaban 735 de 900 barcos balleneros del mundo. En los Estados Unidos, la caza de ballenas era la quinta industria, empleando a unas 70.000 personas. Y la capital de facto de la caza de ballenas americana, New Bedford, Massachusetts, era la ciudad más rica por renta per cápita del país.
El Mary B. Hume cerca de la isla de Herschel. Los buques como el ilustrado aquí hibernaban en aguas del Ártico para capturar ballenas de Groenlandia. A la espera de que el hielo se derritiese, enviaban partidas de caza y de comercio a tierra con impactos ecológicos y sociales a los animales y las personas que vivían en esas áreas.
Ejemplos de animales cazados en el siglo XIX por la flota ballenara americana. En sentido de las agujas del reloj desde la parte superior, una morsa y un lobo lobo marino, caribús ("El último de los ciervos sacrificados"), y un oso polar ("Oso polar de la isla de Wrangel").
Una flota tan considerable tuvo un efecto devastador en las poblaciones de ballenas. Pero como muestra una nueva investigación llevada a cabo por el ecologista de la Universidad de Columbia, Joshua Drew, los balleneros americanos también tuvieron un enorme efecto en una serie de otras especies.
De 1784 a 1928, hasta 2.200 buques balleneros americanos zarparon en 11.908 viajes. Algunas de las bitácoras de esos viajes han sobrevivido hasta nuestros días. En un estudio, publicado en la revista Ecology and Evolution, Drew y sus colegas examinaron los libros sólo de un pequeño subconjunto de estos viajes, pero lo que encontraron es aún sorprendente. El trabajo muestra que el peaje ecológico de los balleneros se extendió mucho más allá de las ballenas:
Artículo científico: Collateral Damage to Marine and Terrestrial Ecosystems from Yankee Whaling in the 19th Century