Las imágenes no "resuelven totalmente el misterio" o "descubren el uso" del colmillo del narval
Por primera vez los científicos han filmado narvales usando sus icónicos colmillos para aturdir y cazar peces. Este sorprendente metraje de drones apoya la corazonada de que el apéndice del unicornio marino actúa menos como una espada y más como una multi herramienta.
El clip fue capturado el verano pasado por científicos de Fisheries and Oceans Canada (DFO), la Universidad de Windsor, World Wildlife Fund, el Acuario de Vancouver y Arctic Bear Productions durante un proyecto de campo. El equipo se aventuró a Tremblay, una ensenada enclavada en los rincones más alejados del Ártico canadiense, para etiquetar y rastrear a estas elusivas ballenas.
A pesar de lo que muchos titulares recientes hacen creer, las imágenes no "resuelven totalmente el misterio" o "descubren el uso" del colmillo del narval (Monodon monoceros). En su lugar, el clip es una prueba de otro de los muchos usos del apéndice.
"Lo que es muy emocionante para mí es qué más pueden hacer con sus colmillos?", dice la miembro del equipo del DFO, Marianne Marcoux.
Sólo los narvales machos poseen la enroscada estructura, que es en realidad un diente modificado (el canino delantero izquierdo). Si el colmillo fuese crítico para alimentarse, entonces esperaríamos que los narvales femeninos pasaran hambre sin uno. Es más probable que poseer un "arma de aturdimiento" es un beneficio agradable para las ballenas macho, que confían en el colmillo más prominente de otras maneras.
Durante mucho tiempo se sabe que el colmillo puede ser utilizado como una escoba de hielo y una espada, por ejemplo. Y un estudio de 2014 agregó también a esa lista "dispositivo de detección química".
A diferencia de la mayoría de los dientes de mamíferos, los colmillos del narval no están protegidos por esmalte. Contienen un sistema de canales y tubos que introducen trazas de agua de mar que, una vez dentro, excitan los nervios en el centro del diente. Los investigadores sospechan que estas terminaciones nerviosas permiten que los narvales "prueben" a los compañeros cercanos, los cambios ambientales y las posibles presas.
El biólogo marino del DFO Bob Hodgins señala que parece que las ballenas de las imágenes también son capaces de rastrear los movimientos del bacalao ártico con el colmillo.
"Nos ofrece una imagen lo suficientemente cercana como para darnos este tipo de detalles sobre cómo se alimentan y se comportan los animales", dice.
Las pistas sobre la función del colmillo documentan cualquier comportamiento alimenticio en estas aguas es también un gran paso para la conservación. Casi el 90 por ciento de los narvales del mundo se pueden encontrar en las aguas canadienses y, hasta ahora, creíamos que se alimentaban exclusivamente en la parte sur de la isla de Baffin, donde pasan los meses de invierno cazando bajo el hielo.
Confirmar que también se alimentan en su hábitat de verano ayudará al equipo a impulsar allí una mejor protección en el futuro.
"Este material, aunque también es impresionante, desempeñará un importante papel en el futuro de la conservación del narval", dijo en un comunicado de prensa el presidente y director ejecutivo de WWF Canadá, David Miller. "A medida que aumentan el calentamiento del Ártico y la presión por el desarrollo, será importante entender cómo están usando los narvales su hábitat durante su migración anual".