Podría orientar los esfuerzos de protección, así como las rutas de transporte marítimo y las pautas de pesca
Los científicos del Centro Anderson Cabot para la Vida Oceánica (ACCOL) del Acuario de Nueva Inglaterra publicaron recientemente un estudio que podría ayudar a los investigadores a saber dónde se necesitan más protecciones para las ballenas de Groenlandia.
El Dr. Dan Pendleton y la Dra. Jessica Redfern se asociaron para el estudio con la Dra. Elizabeth Holmes del Servicio Nacional de Pesca Marina y la Dra. Jinlun Zhang de la Universidad de Washington. El equipo utilizó un conjunto de datos muy detallado para modelar el hábitat adecuado para las ballenas de Groenlandia del Ártico occidental en el mar de Beaufort al norte de Alaska. El mapa del modelo generalmente coincidía con la ubicación de avistamientos de ballenas ya documentados, lo que sugiere que el modelo puede proporcionar información útil para otras especies de ballenas.
La mayoría de los modelos de distribución de especies utilizan datos como la profundidad del océano, la temperatura y la química del agua, pero con la adición de alimentos, uno de los principales impulsores de las especies para habitar un área, los científicos del Acuario pudieron mejorar la capacidad de hacer estas predicciones. La clave del éxito de este modelo fueron los cálculos que estiman las fluctuaciones en la presa de las ballenas: el zooplancton.
Imagen: Idoneidad promedio modelada del hábitat de la ballena de Groenlandia de 1988 a 2012 para la semana del 14 al 21 de septiembre. La predicción se produjo utilizando batimetría y condiciones oceánicas modeladas, incluidas presas de zooplancton, hielo marino, temperatura y flagelados. Según la barra de color de la derecha, los colores más cálidos indican una mayor idoneidad del hábitat y los colores más fríos indican una menor idoneidad del hábitat.
El uso de modelos de distribución de especies centrados en las presas es beneficioso para comprender dónde están las ballenas ahora y dónde estarán en el futuro. A medida que el cambio climático continúa calentando las aguas y derritiendo el hielo marino, afectando dónde probablemente estará la fuente de alimento de las ballenas, esta investigación podría orientar los esfuerzos de protección, así como las rutas de transporte marítimo y las pautas de pesca.
El estudio se centró en las ballenas de Groenlandia del Ártico occidental en el mar de Beaufort al norte de Alaska, pero Pendleton tiene la esperanza de utilizar el modelo centrado en la presa para rastrear los movimientos de las ballenas francas del Atlántico norte, una especie en peligro crítico con 356 individuos que migra a lo largo de la costa este de los EE. UU. y Canadá. Las ballenas francas están amenazadas por el cambio climático, las colisiones con los barcos y los enredos con las líneas de pesca.
"El agua caliente que ha estado entrando en el Golfo de Maine ha afectado el suministro de su presa principal", dijo Pendleton, y agregó que el cambio ha empujado a algunas ballenas francas a migrar más al norte hacia aguas canadienses para alimentarse a finales del verano. "Simplemente no están en los lugares donde han estado durante los últimos 40 años".
El estudio fue publicado en la revista Diversity and Distributions como artículo de portada: Using modelled prey to predict the distribution of a highly mobile marine mammal
