En el Océano Austral, los animales bioluminiscentes despliegan luz para evadir los ataques de los hambrientos elefantes marinos
Quinientos metros por debajo de la superficie del océano, una hembra de elefante marino del sur se abalanza sobre un pez linterna. Por el más breve de los momentos, la oscuridad resplandece con luz. Justo cuando los aviones de combate sueltan paja para frustrar la detección del radar, el pez linterna ha emitido una serie de breves pero intensos destellos de su piel y ha evitado por poco las fauces del deslumbrado elefante marino.
Escenas como esta, reconstruidas a partir de datos recopilados en el Océano Austral por un nuevo sensor, ilustran los juegos del gato y el ratón que tienen lugar donde apenas llega el sol.