Son mucho más grandes y tienen una coloración y un patrón de pelaje muy distintivos
El ecosistema marino del Ártico está experimentando cambios sustanciales: actualmente se está calentando a un ritmo muy superior al promedio mundial y está experimentando un aumento de las actividades antropogénicas.
Sin embargo, debido a la naturaleza "oculta" inexplorada del Ártico, persisten incertidumbres sobre cómo gestionar y conservar mejor los organismos y recursos naturales del Ártico.
Junto con sus colaboradores internacionales, investigadores del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Helsinki describieron un nuevo tipo de foca anillada que habita en el fiordo helado de Ilulissat, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el oeste de Groenlandia.
Las focas del helado fiordo se ven diferentes de otras focas anilladas: son mucho más grandes y tienen una coloración y un patrón de pelaje muy distintivos. Los cazadores locales han sido conscientes durante generaciones de esta distintiva característica y les dan un nombre especial a las focas de esta región: las llaman Kangiat (las de Kangia).
El enfoque multidisciplinario combinó secuenciación del genoma de última generación, "etiquetado" de telemetría y estudios aéreos para investigar la singularidad genética, ecológica y de comportamiento de la foca anillada de Kangia. Los datos de telemetría y reconocimiento aéreo muestran que las focas anilladas de Kangia solo suman unos pocos miles de animales y permanecen dentro del fiordo de hielo, presentándose en altas densidades.
Imagen: Población inusual de focas anilladas en el sistema del fiordo helado de Ilulissat, en el oeste de Groenlandia. (a) Focas anilladas de Kangia flotando sobre el hielo marino. (b) El sistema dinámico del fiordo helado de Ilulissat. (c) Pelaje de Kangia (izquierda) y focas anilladas típicas del Ártico (derecha). (d) Foca anillada de Kangia equipada con una etiqueta satelital (imagen editada para eliminar a la persona del fondo. Imagen original proporcionada en (d). (e) Foca anillada típica del Ártico equipada con una etiqueta satelital (no se muestran los datos de movimiento). Todas las fotografías del Instituto de Recursos Naturales de Groenlandia.
Estas observaciones contrastan con las de las focas anilladas del Ártico, que suelen tener una población más grande y más móvil, y normalmente se dispersan miles de kilómetros a través del Ártico en migraciones estacionales en busca de alimento.
La investigación de la Universidad de Helsinki se centró en análisis genómicos de diferentes poblaciones de focas anilladas. Según Ari Löytynoja, que dirigió los análisis, los resultados demuestran que la foca Kangia ha estado aislada de otras focas anilladas durante más de 100 mil años.
"Durante ese período, ciertos genes y regiones genómicas de las focas anilladas de Kangia evolucionaron y les dieron su coloración de pelaje única, su mayor tamaño corporal y adaptaciones a su hábitat especial de los fiordos. Aunque las adaptaciones se adaptan a la menor concentración de sal en el fiordo helado, aún no está claro cómo y dónde se aislaron las focas de Kangia y obtuvieron sus características biológicas únicas", explica.
La documentación de un ecotipo único de foca anillada subraya la necesidad de realizar una investigación más amplia en el Ártico. Ilulissat es sólo uno de los fiordos árticos y las focas anilladas de Kangia pueden ser sólo la punta del iceberg.
Es vital comprender mejor la biodiversidad del Ártico y los impactos del clima cambiante y las actividades antropogénicas. Sin este conocimiento, no se pueden proteger y conservar poblaciones y recursos naturales biológicamente únicos.
El estudio se publica en la revista Molecular Ecology "An evolutionarily distinct ringed seal in the Ilulissat Icefjord".