Fue descubierto escondido en cuevas de la Península Ibérica
Cuando piensas en caracoles, puntiagudos y afilados dientes no suelen ser lo que te viene a la mente. Pero es posible que tengas que reconsiderarlo porque estos blandos moluscos tienen terribles pedazos en la lengua cuando miras lo suficientemente cerca bajo el microscopio.
Los caracoles usan su extraña lengua dentada llamada rádula para lamer todo tipo de superficies para alimentarse, incluso triturar rocas. Si bien estos 'dientes' son uno de los materiales más duros de la naturaleza, a menudo siguen siendo más blandos que las superficies donde se encuentran los alimentos, y la forma en que se usan para 'perforar' las superficies hace que se desgasten rápidamente. Para compensar, a los caracoles les pueden crecer cada día varias nuevas filas de "dientes".