Es uno de los animales más venenosos de la Tierra y no se conoce antídoto
Un adolescente australiano tuvo suerte de escapar después de ser mordido por uno de los animales más tóxicos del mundo, un pulpo de anillos azules, después de recoger accidentalmente el mortal cefalópodo escondido en una concha. Pero esta no fue la única situación en la que estuvo cerca el peligro: casi le pasó lo mismo a un niño pequeño, lo que podría haber sido desastroso.