La historia de un minero de estaño en la 'capital mundial de ataques de cocodrilos'
En una batalla de supervivencia contra uno de los depredadores más formidables del planeta Tierra, Rozi, un trabajador de una mina de estaño en la isla Bangka de Indonesia, escapó por poco de un encuentro letal con un cocodrilo de agua salada. El incidente ocurrió mientras Rozi estaba lavando la ropa después de un agotador turno, sin sospechar el inminente peligro.
El cocodrilo le tendió una emboscada, su férrea mordida lo sujetó y lo arrastró a las traicioneras aguas. Su única línea de defensa fue una cuerda a la que se aferró y una oración del Corán, que pareció calmar al animal. Su rescate llegó en la forma de su sobrino, quien valientemente usó un destornillador para obligar al cocodrilo a soltarle. Sin embargo, la supervivencia de Rozi tuvo un alto precio: tres meses de hospitalización y numerosas cirugías.
La "capital mundial de ataques de cocodrilos"
La isla Bangka se ha ganado el siniestro título de "capital mundial de los ataques de cocodrilos". La isla ha experimentado un asombroso aumento en los ataques de cocodrilos, con al menos 478 muertes y 531 heridos registrados desde 2014.
Estas cifras son significativamente más altas que las del norte de Australia, a pesar de que alberga una mayor población de cocodrilos de agua salada. La razón de esta alarmante tendencia se atribuye en gran medida a la descontrolada minería del estaño.
Conflicto entre humanos y cocodrilos: una consecuencia de la minería del estaño
La minería de estaño a cielo abierto, una actividad desenfrenada en la isla de Bangka, ha creado cráteres inundados conocidos como "kulongs". Estos proporcionan hábitats ideales para los cocodrilos. Sin embargo, estos 'kulongs' representan un importante peligro ya que están alarmantemente cerca de asentamientos humanos, lo que facilita los frecuentes encuentros entre humanos y cocodrilos.
Imagen: Los incidentes con cocodrilos han aumentado en Indonesia.
Los cocodrilos de agua salada que, a pesar de su nombre, prosperan en humedales salobres y ríos de agua dulce, así como en agua de mar salada, se sienten atraídos por estos pozos en busca de presas, como peces, ranas y lagartos. De vez en cuando encuentran gente.
La situación se ve agravada aún más por la destrucción de hábitats naturales debido a diversas industrias, incluidas las plantaciones de palma aceitera y la extracción de arena.
Abordar la crisis
La creciente frecuencia de conflictos entre humanos y cocodrilos en la isla Bangka es una preocupación creciente para investigadores y conservacionistas. No se puede ignorar el papel de la pobreza en esta crisis. Las malas condiciones de vida obligan a los habitantes de la isla a acercarse peligrosamente a estos peligrosos depredadores. Ya es hora de que se adopten medidas sustanciales para mitigar esta escalada de crisis.