Cinco animales marinos que habitan en naufragios

buzo en un naufragio

Muchas embarcaciones se han convertido en refugios para innumerables especies marinas

Cuando se trata de la relación entre los humanos y la vida marina, puede ser mucho más fácil vernos como beneficiarios pasivos del océano en lugar de miembros activos de este ecosistema. Sin embargo, a lo largo de la historia marítima, los humanos también han proporcionado, sin saberlo, algunos de los hábitats insulares más populares en el mar: los naufragios.

Aunque no todas estas embarcaciones son adecuadas para las comunidades oceánicas, muchas se han convertido en refugios para innumerables especies marinas (algunas nativas, otras no) que prefieren la seguridad de las vigas de madera o los cascos de acero a los fondos arenosos y los afloramientos rocosos.

A continuación se muestran cinco ejemplos de vida marina que habita en naufragios.

Anémona esponjosa (Metridium senile)

anémona esponjosa

Imagen: Una anémona esponjosa (Metridium senile) crece en el naufragio del F/V Patriot en el Santuario Marino Nacional de Stellwagen Bank. (Foto cortesía de Kirstin Meyer-Kaiser a través de un buzo anónimo)

Las anémonas esponjosas o plumosas son residentes comunes en la mayoría de los naufragios del Atlántico Norte y se identifican fácilmente por sus plumosos zarcillos y sus fantasmales colores. Como se alimentan por filtración, a menudo crecen desde puntos altos para rozar las corrientes cercanas en busca de sabrosas partículas y enjambres de zooplancton.

En el Santuario Marino Nacional Stellwagen Bank, en Nueva Inglaterra, los biólogos del WHOI han registrado poblaciones más concentradas de estos animales a lo largo de los naufragios que en otros sustratos nativos como los arrecifes de rocas. Si tienes la suerte de poder bucear en un naufragio en el Atlántico, estate atento a los salientes y vigas altas, como el nido de vigía o el púlpito de proa, para ver estos delicados invertebrados. Es probable que veas más de uno si lo haces.

Coral sol (Tubastrea coccinea)

coral sol

Imagen: Una colonia de corales sol se propaga a lo largo del casco de un barco pesquero o de investigación no identificado en el Golfo de México. (Fotografía de Evan Kovacs, © Marine Imaging Technologies)

Otra especie a la que le gusta "pasar el rato" en naufragios es el coral sol o de copa naranja. Esta vibrante especie de coral blando se distingue fácilmente por sus grandes pólipos y sus colores amarillo anaranjado pastel (a veces con toques de magenta). Esta especie, que no es originaria del Golfo de México, comenzó a aparecer prolíficamente en el siglo pasado, ocupando territorio en los naufragios para competir con las especies nativas de la barrera de arrecife.

A diferencia de la mayoría de los corales, el coral sol no tiene bacterias simbióticas en su tejido que lo ayuden a producir alimento. En cambio, depende de sus tentáculos (como las anémonas) para atrapar a las presas que pasan.

Damisela real (Neopomacentrus cyanomos)

damisela real

Imagen: La damisela real es originaria del Indopacífico y es invasora en los naufragios del Caribe. (Foto de Adobe Stock)

Así como los corales se instalan en los naufragios, también lo hacen los peces que interactúan con ellos. La damisela real es una especie común de pez damisela que se mantiene cerca de los corales que se encuentran en los naufragios, como el delicado coral arbusto de marfil (Oculina tenella).

Se puede identificar por su cuerpo gris carbón y las puntas de la cola de color amarillo brillante. No es originaria del Caribe, pero probablemente haya sido introducida desde el Indopacífico junto con la infraestructura para la extracción de petróleo. Su presencia es un ejemplo de cómo los naufragios pueden sustentar comunidades marinas complejas a lo largo del tiempo.

Coral lobulado (Porites lobata)

coral lobulado

Imagen: Una colonia de Porites lobata crece en un naufragio en Palau. (Fotografía de Kirstin Meyer-Kaiser, © Woods Hole Oceanographic Institution)

Las aguas que rodean las naciones insulares de Palau y Chuuk son un destino turístico privilegiado por los naufragios y aviones de la Segunda Guerra Mundial, muchos de los cuales ahora están cubiertos de montículos similares a termitas de Porites lobata, o coral lobulado. Como la mayoría de las especies de rocas, este coral tiene un exterior rocoso, colores oscuros y miles de pólipos más pequeños que crecen hacia arriba.

La especie se puede encontrar creciendo en las superficies más superficiales de los naufragios, donde se cree que es más probable que capte la luz solar de las aguas superficiales. El motivo por el que los corales lobulados prefieren el sustrato de un naufragio a otros hábitats es el tema de una investigación en curso del Laboratorio Meyer-Kaiser del WHOI.

Mero gigante del Atlántico (Epinephelus itajara)

mero gigante

Imagen: Un mero gigante se desliza sobre un naufragio sin nombre. (Foto de Adobe Stock)

No es raro que los buceadores se encuentren con un mero gigante mientras bucean junto a un naufragio. El mero gigante o guasa del Atlántico debe su nombre a su enorme tamaño y su corpulencia. Este pez es conocido por moverse lentamente alrededor de naufragios, emboscar presas cercanas y descansar dentro de cascos oscuros y bajo salientes. Pueden crecer hasta 2,5 metros de largo y pesar nada menos que 400 kilos.

Desafortunadamente, los meros gigantes del Atlántico también han sido objeto de sobrepesca, lo que ha provocado una caída de casi el 80% en la población, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Los datos actuales sugieren que un número desproporcionado de meros gigantes restantes han encontrado refugio en sólo un puñado de naufragios en todo el Caribe.

Etiquetas: Especie marinaNaufragio

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