Bebés pigmeos: Los caballitos de mar son aún más lindos de lo que piensas

caballito de mar pigmeo (Hippocampus bargibanti)

Biólogos crían en un acuario de San Francisco caballitos de mar recogidos en Filipinas

En las últimas tres semanas Richard Ross ha estado pasando sus mañanas junto a un pequeño tanque en un cuarto trasero en el Acuario Steinhart en San Francisco. Inclinada y estrecha, la habitación no sólo es oscura, sino que también los peces dentro de un tanque son maestros en esconderse a plena vista. Son caballitos de mar pigmeo de Bargibant (Hippocampus bargibanti) y sus cuerpos salpicados de naranja se contraen y mecen al igual que el trozo de coral en el que han envuelto sus diminutas y minúsculas colas.

Ellos son algunos de los primeros caballos de mar pigmeo vistos alguna vez el interior de un acuario, y Ross es uno de los primeros biólogos en observar diariamente su emparejamiento en un ambiente controlado.

Cuando las luces se encienden lentamente, Ross puede ver que los dos peces, cada uno de apenas una pulgada de largo, se enfrentan entre sí y crispan al unísono. Se frotan los hocicos y dan cabezazos. Este ritual es parte de su ciclo de apareamiento, que culmina cada 14 días con el nacimiento de 60 a 70 bebés. Inmediatamente después, la pareja se desprende de sus ramas de coral, envuelven la cola con fuerza, y la hembra deposita sus huevos en el saco del vientre del macho, donde los va a fertilizar e incubar.

caballito de mar pigmeo (Hippocampus bargibanti)

Los investigadores de caballitos de mar llaman a esto el incremento copulatorio (copulatory rise). "Todo esto es muy extraño", dice Matt Wandell, colega de Ross en el Acuario Steinhart. El 22 de junio, Ross y Wandell esperan que la pareja de a luz por tercera vez desde que llegaron al acuario el 20 de mayo.

El coral anaranjado al que se sujetan se llama Murciella paraplectana, también conocido como helecho de mar. Como adultos los caballitos de mar pigmeos de Bargibant viven toda su vida en el Muricella, que es una de las razones por las que nunca han sido criados en cautividad. A diferencia de la mayoría de otros tipos de coral, el Muricella no puede realizar la fotosíntesis: Reponen toda su energía filtrando plancton del agua. En el acuario han resuelto este problema bombeando constantemente al tanque carnada planctónica y recirculando el agua con una corriente simulada. La mixtura, una mezcla heterogénea de artemia (monos de mar), copépodos, cyclop-eeze, pequeños mariscos y rotíferos vivos, también incluye comida para los caballitos de mar.

caballito de mar pigmeo (Hippocampus bargibanti)

caballito de mar pigmeo (Hippocampus bargibanti)

Mantener los helechos marinos vivos en cautiverio fue una operación tan arriesgada que el director del acuario Bart Shepherd dijo a Ross y Wandell que había tenido que mantenerles con vida durante tres años antes de que les dejase a ellos tratar de criar a los caballitos de mar pigmeos.

Cuando los helechos pasaron la marca de tres años a principios de este año, los dos biólogos hicieron un trabajo rápido recogiendo las palabras de su jefe. El 18 de mayo, al amparo de la noche, Wandell y una guía de buceo local se deslizaron en el pasaje de Isla Verde, a unos 80 kilómetros al sur de Manila. Los oceanógrafos han llamado a esta zona el "centro del centro" de la biodiversidad marina.

La guía condujo a Wandell, cuya combinación de barba y pelo rojo hace que se vea como el marinero de la original GI Joe, a un helecho de mar a unos 80 pies de profundidad. Mientras Wandell tendía un trozo de Muricella, la guía de buceo empujó suavemente los caballitos de mar machos y hembras de la cola con una delgada varilla metálica. Dejada su retención, nadaron a la pieza de helecho en la mano de Wandell. Pusieron el helecho en un frasco y el equipo nadó hasta la superficie. Wandell sujeto herméticamente la preciosa carga todo el camino de vuelta.

caballito de mar pigmeo (Hippocampus bargibanti)

caballito de mar pigmeo (Hippocampus bargibanti)

Los caballitos de mar pigmeos no son sólo versiones pequeñas de los caballitos de mar más grandes; tienen varias adaptaciones clave del cuerpo que los hacen diferentes. En vez de branquias en cada lado de la cabeza, los pigmeos tienen una sola papada en la parte posterior de su cabeza. Hay ocho especies conocidas de caballito de mar pigmeo, siete de las cuales han sido nombradas. Los caballitos de mar pigmeos de Bargibant (como la pareja en el acuario) fueron los primeros en descubrirse. Ellos tienen la distribución más amplia, son el segundo más grande en tamaño y se encuentran entre los más quisquillosos en cuanto a su hábitat.

Los caballitos de mar pigmeos están estrechamente monitorizados y el equipo de Steinhart ha tenido que obtener permisos no sólo de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), también del gobierno filipino y el alcalde de la localidad antes de que pudieran enviar la carga al acuario.

Al final del pasillo de la estrecha habitación, donde Ross mira a los adultos cada mañana está el Aquatic Holding Room. La habitación está llena de altos cilindros llenos de medusas, corales en embalses largos y poco profundos, y un montón de burbujeantes tanques llenos de peces. Las dos puestas de los bebés caen como si fueran confeti marino en forma de caballo en los redondos tanques. Hay un pedazo de helecho de mar colgando en la parte superior del tanque de la derecha, donde vive la puesta de mayor edad.

En las próximas semanas estos bebés van a madurar, y los biólogos empiezan a planear una exposición. No se ha fijado fecha, ya que los caballitos de mar son aún muy jóvenes. Pero algunos probablemente sean enviados a otros acuarios que Ross dice tienen ganas de empezar los programas de mejoramiento de los suyos. Otros se mantendrán en un pequeño tanque en el acuario Steinhart para que los visitantes puedan, por primera vez, ver a estas pequeñas maravillas acuáticas.

Etiquetas: CaballitoMarPigmeoFilipinasSan Francisco

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