Puede haber 200.000 cocodrilos de agua salada en todo el norte de Australia
Durante la expedición de un mes el fotógrafo Trevor Frost y la cineasta Melissa Lesh hicieron nueve exitosas implementaciones, filmando lo que es probablemente el primer vídeo del ataque de un cocodrilo de agua salada desde el interior de su boca.
Cuando Frost fue a Australia por primera vez hace unos años se sorprendió al descubrir que todavía hay cazadores de cocodrilos. Quedó fascinado con la subcultura que rodea a los cocodrilos de agua salada, el reptil más grande de la Tierra.
Los cocodrilos de agua salada crecen hasta unos 6 metros de largo y pueden pesar más de 1.000 kilos. Pero eso no parece ser el peligro suficiente para un cazador. Los cocodrilos de agua salada tienen la fuerza de mordida registrada más fuerte de cualquier animal en el planeta, entre 1.360 y 2.300 kilos por pulgada cuadrada. Ese tipo de fuerza puede aplastar fácilmente un cráneo humano.
En 1970 sólo había un estimado de 3.000 cocodrilos de agua salada que quedaban en Australia, pero ahora algunos científicos dicen que hay cerca de 100.000 cocodrilos solo en el Territorio del Norte. Puede haber 200.000 a través de todo el norte de Australia. Este regreso es considerado por muchos como el resultado del programa de conservación de depredadores de mayor éxito en el mundo.
A través de su fotografía, Frost quería contar una historia completa que incluyese la cultura alrededor de la industria de cocodrilos, así como elementos de historia natural para ayudar a que la gente vea a este reptil prehistórico de una manera diferente.
"Por supuesto, para obtener buenas imágenes, hay que acercarse, y tienes que entrar en sus vidas", dice Frost. "Incluso algo tan simple como poner un trípode en el barco puede ser peligroso cuando estás haciendo este tipo de trabajo".
Debido a que los cocodrilos son tan reservado y agresivos, Frost se instaló en una embarcación mientras desplegaba sus instrumentos a control remoto equipados con cámaras integradas, y maniobró alrededor de los hábitat de los cocodrilos con la esperanza de que intentasen atacar.
"Definitivamente tengo un enorme respeto a la criatura", dice. "Siempre estoy pensando en cada pequeña cosa que pueda salir mal para asegurarse de que quedo a salvo y que guardo mi equipo a salvo, así hasta ahora todavía estoy vivo, y tengo todos mis dedos de las manos y de los pies".