Un dramático encuentro en Hawái grabado en un vídeo
Nunca mear cerca de una morena, advierte George Burgess, un biólogo marino en el Museo de Historia Natural de Florida.
"Al igual cómo no tirar de la capa de Superman, no te acerques demasiado a una morena", dice Burgess.
Un buceador en Hawái presenció de primera mano durante una reciente inmersión en la popular bahía de Hanauma de Oahu esta batalla que fue grabada en un vídeo.
En un primer momento se puede ver a una gran morena en lucha libre con un pequeño pulpo. Uno o más de los tentáculos del invertebrado se desprenden en la boca de la anguila, permitiendo al pulpo zafarse. Con una rápida ráfaga de su sistema de propulsión acuático, el pulpo se dispara fuera de la vista.
"Dejó una nube de tinta negra como su tarjeta de visita", dice Burgess.
Los pulpos, como los calamares, tienen una glándula que produce una tinta oscura. Cuando se sienten amenazados, pueden liberarla en el agua confundiendo a los depredadores y ocultando su fuga.
"El pulpo estaba en una lucha a vida o muerte, y sacrificó un tentáculo o dos por su vida", añade Burgess.
A diferencia de algunos insectos y lagartos, un pulpo no puede liberarse de un apéndice a voluntad, pero si sucede que se rompe alguno en una lucha, el animal puede a menudo regenerar el tentáculo. De hecho, es esa naturaleza astuta, así como la notable flexibilidad y deslizamiento del animal, lo que pudo haber llevado a la anguila a tratar de someter a su presa enrollando su cuerpo alrededor del pulpo.
Las anguilas morena no matan a la presa por estrangulamiento hasta la muerte, en la forma en que lo hacen algunas serpientes, sino que enrollando su cuerpo alrededor de si mismas puede ayudarles a aguantar. El pulpo es un alimento favorito de las morenas, junto con otros peces e invertebrados.
Es posible que al final del vídeo la anguila morena podría haberse abalanzado sobre el buceador con el fin de persuadir a la persona de arrebatarle los tentáculos del pulpo que había atrapado, añade Burgess, de la manera en que un perro enseña sus dientes si alguien trata de quitarle su hueso. Aunque las morenas tienen afilados dientes de considerable tamaño y se ven feroces, por lo general no son agresivas hacia las personas. Sin embargo, pueden infligir graves mordeduras, sobre todo si son arrinconadas.
Pero también es posible que la morena realmente estuviese arremetiendo contra su propio reflejo en la lente de la cámara, pensando que era otra morena amenazando a su comida, dice Burgess.
"Es evidente que la anguila no estaba demasiado feliz", dice Burgess.
Pero tanto la anguila y el pulpo, así como el buceador, vivirán para contarlo otro día.