La mayor parte de sus neuronas están en los tentáculos
Para apagar una luz utilizamos el interruptor. O podríamos echar un chorro de agua en una bombilla hasta que cortocircuitemos la fuente de alimentación. Esta última técnica es la que han hecho unos pulpos en al menos dos acuarios, y es una señal de que son más inteligentes - y mucho más maliciosos - de lo que pensamos la mayoría de nosotros.
Peter Godfrey-Smith nos presenta una gira por "La mente de un pulpo" en el número de enero de Scientific American Mind. Es un ensayo adaptado de su libro "Other Minds: The Octopus, the Sea and the Deep Origins of Consciousness (Otras mentes: El pulpo, el mar y los orígenes profundos de la conciencia)".
Explica que el sistema nervioso del pulpo evolucionó de forma totalmente diferente al humano. Mientras que el pulpo ha concentrado las neuronas en un cerebro que proporciona una cierta supervisión, la mayor parte de sus neuronas están en los tentáculos. Estas extremidades pueden tocar, oler y saborear independientemente. Un tentáculo que ha sido removido quirúrgicamente todavía puede contactar y agarrar.
"Probablemente extán más cerca de lo que llegaremos a conocer a un extraterrestre inteligente", escribe Godfrey-Smith.
Pero compartir un planeta no los hace menos desconcertantes. Godfrey-Smith ofrece el ejemplo en el hecho de que los pulpos parecen reconocer a los seres humanos individuales. En un laboratorio de Nueva Zelanda, por ejemplo, un pulpo escogió a un miembro del personal para darle un "tratamiento especial", mojándole con agua cada vez que pasaba detrás del tanque. Los estudios han confirmado que los pulpos pueden distinguir a la gente, incluso a aquellos que llevan uniformes idénticos.
Como señala Godfrey-Smith: "Esta habilidad tiene sentido si un animal es social o monógamo, pero los pulpos no son monógamos, tienen vidas sexuales al azar y no parecen ser muy sociales".
De muchas otras maneras los pulpos pueden parecer bastante humanos. Algunas investigaciones han mostrado que algunos "juegan" con objetos, incluso después de determinar que no son alimentos. Exhiben memoria a corto y largo plazo. Además, escribe Godfrey-Smith, "parecen tener algo como dormir".
Y cuando están en cautiverio tratan de escapar. Son ingeniosos al respecto, explica Godfrey-Smith, señalando que son "infaliblemente capaces de elegir el momento en el que no los están mirando". Si eso falla, tienen otras ideas - como el truco de lanzar agua a la bombilla. Un pulpo se puso tan pesado en un laboratorio que tuvo que ser liberado de nuevo a la naturaleza.