Biólogos de la Universidad de Vigo han demostrado que el estilete del pulpo acumula una capa de tejido por cada día de vida
La investigación se llevó a cabo en la Estación de Ciencias Marinas de Toralla y constituye la tesis de la bióloga chilena Consuelo Hermosilla
Los pulpos esconden el secreto de su edad en una pequeña estructura cartilaginosa de unos cinco centímetros que albergan en su cabeza. Biólogos de la Universidad de Vigo han demostrado por primera vez que el estilete, el vestigio de una primitiva concha, acumula una capa de tejido por cada día de vida de los ejemplares de forma similar a los anillos que se forman en los troncos de los árboles.
"Se han hecho un par de experimentos con los estiletes de otras especies con presencia en países como Australia, pero hasta ahora no se había encontrado ninguna estructura que determinase la edad del Octopus vulgaris o pulpo común, el más importante desde el punto de vista pesquero", destaca el profesor Francisco Rocha sobre la novedad de este estudio, que ayudará a gestionar la explotación del cefalópodo y supone un paso más para su cultivo en granjas marinas.
Los investigadores se propusieron fijar la periodicidad de crecimiento del estilete, que puede ser anual, mensual o diaria dependiendo de la especie. Para ello, capturaron en la Ría de Vigo varios ejemplares –también estudiaron muestras de pulpos del Mediterráneo– y les inyectaron oxitetraciclina, una sustancia que se adhiere a la zona de crecimiento dejando una marca fluorescente.
Cada pulpo era sacrificado al cabo de unas semanas y se analizaba el tejido al microscopio para determinar cuántos aportes se habían formado en ese periodo de tiempo. "Primero buscábamos la marca de la oxitetraciclina a oscuras y, una vez localizada, contábamos las capas", explica Rocha.
La investigación se llevó a cabo en la Estación de Ciencias Marinas de Toralla y constituye la tesis de la bióloga chilena Consuelo Hermosilla. También han colaborado ángel Guerra, del Instituto de Investigaciones Marinas, y el profesor italiano Graciano Fiorito.
Hasta el momento, no existía ningún método para determinar el tiempo de vida de los ejemplares, un dato clave en la gestión de las pesquerías, y en su lugar se utilizaba la talla como referencia. "Tienes que saber a qué edad maduran y a qué edad se están explotando para asegurarte de que está garantizada la siguiente generación", apunta Rocha.
Otra de las sombras que rodean al Octopus vulgaris y que la nueva técnica contribuirá a aclarar es su longevidad: "Tradicionalmente se decía que morían después de reproducirse, pero las hembras sobreviven un tiempo para cuidar de su puesta hasta que nacen las larvas. Y se cree que algún ejemplar podría mantenerse con vida y convivir con la siguiente generación. Una de las formas de probar esto es determinar su edad".
El pulpo común, Octopus vulgaris, es un molusco bentónico que habita el fondo marino y vive dentro de grietas o en guaridas. Es un componente importante de los ecosistemas, puesto que es un activo depredador de todo tipo de moluscos, crustáceos y peces. Así mismo, es un recurso pesquero importante que en Galicia es explotado por la flota artesanal de bajura. Se encuentra entre los animaies con mayor tasa de crecimiento del mundo, naciendo con menos de 0,3 g y 2 mm de tamaño, y alcanzando de 3 a 5 Kg de peso en menos de dos años.
Cultivo
Las larvas del pulpo común tienen una alta mortalidad y ése es el principal escollo para su cultivo. Pero también aquí el estudio ha abierto "nuevas puertas". Basándose en los resultados ya obtenidos, el grupo de biólogos ha solicitado financiación a la Xunta para establecer parámetros óptimos de supervivencia que permitan la cría en cautividad.
El experto ruso Chingis Nigmatullin, una de las máximas autoridades mundiales en cefalópodos, ya ha confirmado su colaboración en esta investigación y trabajará unos días en la Estación de Ciencias Marinas de Toralla.
"No hay una técnica probada para tener una determinada tasa de larvas y que la explotación sea rentable. El índice es tan bajo que el precio del pulpo sería prohibitivo", señala el profesor Rocha.
Tampoco es posible hasta el momento incubar los huevos en un vivero sin presencia de una hembra, porque "se infectan enseguida y mueren". Pero todos estos obstáculos, prevé el investigador, se podrán resolver "en unos pocos años".
El grupo de Zoología Marina también aprovechará los logros cosechados para determinar diferencias de edad en función de si los pulpos proceden del Atlántico o el Mediterráneo. Y también buscarán otras aplicaciones del estilete, por ejemplo, determinar la tasa de crecimiento a partir de la distancia de las capas: "Si la temperatura del agua es fría los pulpos crecen menos y las marcas están más juntas. Si está caliente, ocurre lo contrario".
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Enlace: Universidad de Vigo Estación de Ciencias Mariñas de Toralla (ECIMAT)