La secuencia de ADN de la nuez mar, Mnemiopsis leidyi, tiene un lugar fundamental en la historia de los animales
A primera vista los ctenóforos parecen poco más que manchas de jalea rayadas que revolotean a través del mar impulsada por hileras de cilios. Pero el genoma de una de estas medusas peine, como se les llama comúnmente, sugiere que tienen un lugar fundamental en la historia de los animales.
La secuencia de ADN de la nuez mar, Mnemiopsis leidyi, pone a estas criaturas en la base del árbol de la vida animal, informan investigadores en línea en la revista Science.
Esa base también está poblada por esponjas, medusas, y sus otros familiares cnidarios y organismos llamados placozoans.
Mediante la comparación de los genomas de estos cuatro grupos de organismos y de otros animales, los investigadores concluyen que los ctenóforos se separaron primero, no las esponjas como han pensado muchos. Sin embargo, los ctenóforos tienen músculos y células nerviosas, los tipos de células de los que carecen las esponjas, lo que sugiere que la evolución de los animales no procedió suavemente desde lo simple a lo más complejo. En cambio, el antepasado de todos estos animales puede haber tenido un sistema nervioso más complejo que las esponjas y cnidarios han perdido, y el tejido mesodérmico que da lugar a los músculos puede haber surgido de forma independiente en los ctenóforos.
Artículo científico: The Genome of the Ctenophore Mnemiopsis leidyi and Its Implications for Cell Type Evolution