El calamar Grimalditeuthis bonplandi puede crecer hasta 25 centímetros de largo
Un barco de investigación frente a la costa de las Islas Galápagos detectó recientemente un calamar fantasmal rara vez visto con delgados brazos y sin ventosas flotando en las profundidades, lo que marca solo la segunda vez que esta esquiva especie ha sido filmada viva.
Investigadores del Schmidt Ocean Institute, en colaboración con la Fundación Charles Darwin y el Parque Nacional Galápagos, avistaron al etéreo cefalópodo, denominado Grimalditeuthis bonplandi, utilizando un vehículo operado a distancia (ROV) durante una expedición a nuevos respiraderos hidrotermales.
G. bonplandi puede crecer hasta 10 pulgadas (25 centímetros) de largo. Estos calamares tienen frágiles cuerpos y son lentos nadadores. Según el Schmidt Ocean Institute, la especie habita a profundidades de 660 a 5.000 pies (200 a 1.500 metros). Aunque se cree que existen en todo el mundo, los calamares rara vez se encuentran: hasta 2005, los científicos sólo habían estudiado especímenes muertos que provenían del contenido del estómago de cachalotes (Physeter macrocephalus).
A diferencia de otros calamares, G. bonplandi tiene brazos alimentarios sin ventosas. Otros cefalópodos azotan y golpean, agarrando a sus presas con sus brazos y atrapándolas con sus ventosas, pero se cree que G. bonplandi es un elegante alimentador que ondula sus brazos para atraer pequeños camarones y otros crustáceos.
Las primeras investigaciones recopiladas de especímenes muertos dejaron claro que este calamar carecía de músculo en sus brazos. En 2013, los científicos detectaron a la criatura en el Cañón de Monterey frente al centro de California y registraron su extraño comportamiento durante 22 minutos. En ese momento, la criatura se quedó quieta, como aturdida. Sólo los extremos de sus brazos se agitaban y revoloteaban.
Vídeo: Un equipo de científicos del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey (MBARI) filmó en 2013 por primera vez el calamar de aguas profundas Grimalditeuthis bonplandi en su hábitat nativo, a profundidades de 1.000 a 2.000 m.
Este comportamiento llevó a los científicos a especular sobre cómo el animal captura a su presa. Podría estar imitando el movimiento de un pequeño pez o gusano, atrayendo criaturas asemejándose a su presa, un método llamado mimetismo agresivo, que es común en otros cefalópodos. Sin embargo, dadas las limitadas observaciones en vídeo y los encuentros poco frecuentes, esto es incierto.
Todavía hay mucho que aprender sobre estas misteriosas criaturas, pero los ROV han hecho posible recoger esclarecedoras imágenes para informar nuevas teorías hasta el próximo avistamiento en vivo.