Favorece el uso del señuelo que tienen para atraer presas y les cuelga del labio superior
Un equipo multiinstitucional de oceanógrafos y biólogos marinos ha encontrado evidencia que muestra que algunas especies de rape de aguas profundas pasan toda su vida nadando boca arriba. En su artículo el grupo describe su estudio de vídeos capturados por varios vehículos submarinos operados de forma remota.
Investigaciones anteriores han demostrado que algunas especies de rape (género Gigantactis) tienen señuelos naturales que cuelgan de sus caras: los señuelos atraen bacterias, que atraen a sus presas. Investigaciones anteriores también han demostrado que algunos rapes que viven en las profundidades del mar son grandes, de hasta 45 centímetros, con señuelos extremadamente largos (en algunos casos, hasta cuatro veces la longitud de su cuerpo) y que los señuelos tienen bioluminiscencia.
Hasta ahora, los investigadores suponían que los peces utilizaban sus señuelos naturales del mismo modo que sus primos más pequeños. Pero ese no es el caso, como descubrieron los investigadores de este nuevo trabajo al estudiar un vídeo obtenido mediante un ROV que realizaba una investigación en la fosa de Izu-Ogasawara frente a Japón: mostraba un gran rape con su señuelo extremadamente largo nadando boca arriba.
Este fenómeno ya había sido observado por otros investigadores en 1999, pero se suponía que era anómalo.
Intrigados por el hallazgo, los investigadores estudiaron vídeos filmados por otros ROV y encontraron observaciones de rapes nadando en posición invertida en ocho de ellos. Al estudiar las imágenes, el equipo de investigación descubrió que no se trataba de un comportamiento utilizado para una actividad específica, como la pesca, sino de un comportamiento de tiempo completo. Independientemente de lo que hicieran los peces, lo hacían al revés.
Imagen derecha: Varias especies de peces ángel nadando boca arriba con su señuelo colgando
Los investigadores sugieren que los peces desarrollaron este comportamiento después de que les resultó más fácil manipular un señuelo tan largo en una posición invertida, en la que el señuelo cuelga del labio superior, que está más cerca del fondo del mar cuando el pez está invertido. Los hallazgos muestran cuán valiosa se ha vuelto la investigación con ROV en la investigación que involucra criaturas de aguas profundas.
Los hallazgos se han publicado en el Journal of Fish Biology: Upside‐down swimming: in‐situ observations of inverted orientation in Gigantactis, with a new depth record for the Ceratioidei