La especie puede volverse roja, verde, marrón o transparente. El cambio puede tardar hasta 30 días
Los pequeños camarones del género Hippolyte tienen la capacidad de cambiar de color para camuflarse en las algas donde viven y escapar de los depredadores. Dependiendo del alga en la que se encuentren, pueden volverse rojos, verdes, marrones o transparentes.
Un estudio muestra por primera vez cómo interactúan estos crustáceos con las algas invasoras. Los resultados también demuestran que pueden camuflarse en algas de otros océanos con las que no evolucionaron juntos.
Los autores, de la Universidad Federal de ABC (estado de São Paulo, Brasil) y de la Universidad de Exeter (Reino Unido), probaron cómo la especie encontrada en las playas europeas, el camarón camaleón (Hippolyte varians), interactúa con dos algas exóticas, una de Asia y otra de Australia.
La especie europea, que mide unos 3 centímetros de largo, está relacionada evolutivamente con el camarón carnaval (Hippolyte obliquimanus), común a lo largo de la costa norte de São Paulo.
"Cuando el camarón camaleón encuentra dos algas diferentes, no importa cuál sea nativa y cuál exótica, elige la que ofrece la mejor combinación de colores para poder esconderse", relata Rafael Duarte, primer autor del estudio, que se realizó durante su posdoctorado en el Centro de Ciencias Naturales y Humanas (CCNH) de la UFABC.
Las recolecciones y experimentos se llevaron a cabo durante la pasantía de Duarte en la Universidad de Exeter bajo la supervisión de Martin Stevens, coautor del artículo.
Imagen: La especie puede volverse roja, verde, marrón o transparente. El cambio puede tardar hasta 30 días. Crédito: Martin Stevens
Los investigadores recogieron los camarones y las algas que los alimentaban en charcas de marea formadas en las rocas de dos playas de Falmouth, en el suroeste de Gran Bretaña.
En el laboratorio, los animales fueron colocados en una caja con dos algas para esconderse, una autóctona y otra exótica. Se probaron combinaciones de dos de las cuatro especies estudiadas, siempre una autóctona (verde o roja) y una exótica (marrón o rosa).
“El sargazo pardo es una especie de sargazo asiático que ha incrementado su presencia en la última década y está causando problemas en varios lugares de Europa. Está ocupando el hábitat de especies nativas, que se están restringiendo a zonas más profundas. Sin embargo, ha demostrado ser un excelente refugio para los camarones", afirma Duarte, actualmente investigador de la Universidad de Aveiro, en Portugal.
Imagen derecha: Experimento en el que los camarones podían elegir entre algas nativas y exóticas. Crédito: Rafael Duarte
La complejidad, no el color
En las cajas con forma de Y, los camarones fueron observados durante diez minutos. En la mayoría de los casos, eligieron una de las dos algas que se les ofrecieron y permanecieron allí hasta el final del experimento.
En general, no hubo preferencia por elegir las algas nativas, sino más bien las algas donde podían esconderse mejor. El camarón verde no mostró preferencia entre las algas verdes nativas y el sargazo exótico marrón.
Pero cuando se encontraron con las algas rojas nativas y las algas pardas exóticas, los camarones prefirieron el sargazo. Los investigadores creen que cuando no hay coincidencia de color con la planta nativa, la estructura de la planta invasora sirve como mejor protección, favoreciendo su elección.
“Mientras que las algas verdes nativas son bastante frondosas y planas, el sargazo tiene una estructura tridimensional más compleja, como un helecho. En la naturaleza, esto probablemente les permite protegerse mejor de los depredadores, aunque los colores no coincidan del todo”, señala Duarte.
Además, añade, las algas verdes autóctonas son bastante estacionales. En los períodos en que no están tan disponibles, los camarones pueden recurrir al sargazo, que es más estable durante todo el año.
El camarón camaleón tarda hasta 30 días en adquirir el mismo color que las algas. Los investigadores observaron que el cambio de color de rojo a verde es más rápido que al revés. La hipótesis más probable radica en los pigmentos que se encuentran dentro de las células que dan el color a los animales, llamados cromatóforos.
Imagen: Las algas multicolores brindan refugio a un pequeño camarón que se camufla en el entorno para escapar de los depredadores. Crédito: Martin Stevens
Los trabajos sobre pigmentación realizados por otros grupos muestran que los animales rojos tienen todos los pigmentos necesarios en sus cromatóforos y sólo necesitan deshacerse de los otros colores para cambiar su color.
En el caso de los animales verdes, sin embargo, es necesario adquirir el pigmento rojo para poder cambiar de color, lo que requiere más tiempo y energía por parte del organismo. En el caso del camarón camaleón, los investigadores creen que es necesario comer algas rojas o rosadas para adquirir los pigmentos de estos colores.
Sin embargo, quedan varias preguntas sobre esta compleja interacción. Una de ellas es cómo reconocen las algas los camarones. Estudios anteriores han demostrado que la forma de las algas es importante, pero no es seguro que la elección sea visual. El grupo está investigando ahora si las algas tienen señales químicas que pueden ser detectadas por los crustáceos y si la presencia de contaminantes en el agua puede alterar esta percepción.
"Aunque la interacción con algas exóticas no parece afectar la capacidad de las especies para camuflarse, no conocemos los efectos a largo plazo de la presencia de estos invasores. En todo el mundo, las especies invasoras están causando estragos en los ecosistemas. Necesitamos realizar un seguimiento para comprender mejor estas relaciones", concluye.
El estudio se ha publicado en el Journal of Animal Ecology: Adaptation in the Anthropocene: How behavioural choice and colour change enables chameleon prawns to camouflage on non-native seaweeds