La boca abierta puede expandirse formando un voluminoso saco para atrapar esquivas presas
Mientras se desliza por la negrura de la "zona crepuscular" en las profundidades marinas, la anguila pelícano ondula su estrecha y alargada cola, similar a un látigo, y su largo y serpenteante cuerpo. Es difícil imaginar a su esbelta figura devorando grandes presas, al menos hasta que la anguila despliega su mandíbula como un paraguas y abre su cavernoso saco bucal.
Al igual que su homónimo, el pelícano, esta anguila tiene una bolsa elástica debajo de su mandíbula inferior que se abre como un globo cuando su mandíbula se abre de par en par, engullendo cualquier cosa que tenga la mala suerte de nadar cerca de la cabeza de la anguila. Y con una garganta y un estómago expandibles, una anguila pelícano puede atrapar animales más grandes que su propio cuerpo, tragándose la presa entera mientras filtra el agua a través de sus dientes y branquias.
La anguila pelícano o pez pelícano (Eurypharynx pelecanoides), también conocida como anguila gulper, mide alrededor de 3,3 pies (1 m) de largo y tiene una piel negra profunda que absorbe casi toda la luz, lo que la hace prácticamente invisible en las oscuras profundidades del océano.
La mandíbula inferior articulada de la anguila pelícano mide aproximadamente un cuarto de la longitud de todo su cuerpo. Si bien su boca es enorme, posee ojos diminutos y dientes muy pequeños. También carece de escamas y vejiga natatoria, que los peces utilizan para regular su flotabilidad. Sus aletas pectorales son tan reducidas que apenas son visibles.
Como resultado, la anguila pelícano es una mala nadadora y cazadora. Pero sus fauces abiertas la convierten en un excepcional depredador oportunista. Un órgano luminoso, o fotóforo, en la punta de la cola brilla de color rosa o rojo intenso en la oscuridad del agua y se cree que actúa como un señuelo de pesca, atrayendo a las presas hacia su enorme boca, que parece una trampa.
Imagen: La mandíbula inferior de una anguila pelícano mide aproximadamente un cuarto de la longitud de todo su cuerpo. (Crédito de la imagen: David Shale, CC BY 4.0, vía Wikimedia Commons)
El estómago elástico de una anguila pelícano puede estirarse considerablemente para contener una abundante comida. En 2018, unos científicos exploraban aguas cercanas a Costa Rica con un vehículo operado a distancia cuando avistaron una anguila pelícano que había comido recientemente. Al alejarse nadando de la cámara, su vientre se distendió dramáticamente visible. Su forma indicaba que su reciente comida había sido un calamar, informaron los investigadores.
Cuando los machos de anguila pelícano alcanzan la madurez sexual, sus mandíbulas se debilitan y pierden dientes, pero desarrollan órganos olfativos más grandes, lo que mejora su sentido del olfato. Esto probablemente les ayuda a encontrar pareja. Pero, como sucede con muchos habitantes de las profundidades marinas, todavía queda mucho por aprender sobre los hábitos y comportamientos de esta especie en la naturaleza.