Los peces disparan potentes chorros de agua de la boca alterando el sedimento alrededor de la madriguera del gusano
Esta es la historia de un terrorífica criatura de la vida real que habita las profundidades del mar y unos pequeños pero valientes peces que han aprendido a defenderse de ella.
Los protagonistas de esta historia son llamados Scolopsis bilineata, coloridos peces tropicales que viven en y alrededor de los arrecifes de coral en aguas poco profundas del Indo-Pacífico. De sólo alrededor de diez a 20 centímetros (4-8 pulgadas) de largo, encuentran protección entre el coral o reuniéndose en pequeños grupos. Por desgracia para los peces, su casa está también habitada por un terrible depredador que se preocupa poco por este tipo de tácticas de protección: el gusano bobbit (Eunice Aphroditois). (Si alguna vez Pixar decide hacer una versión de terror de Buscando a Dory, esto sería su monstruo: el más grande jamás medido, encontrado en 2009, tenía tres metros de largo!)
La mayoría de las veces, el gusano bobbit se esconde en una madriguera con su largo cuerpo segmentado oculto debajo del suelo marino arenoso y sólo sobresale ligeramente la cabeza camuflada. Las antenas de colores del depredador son muy visibles para los peces que nadan cerca - pero sus mandíbulas que traban a la velocidad del rayo no lo son.
La estrategia tiene que ver con la paciencia: el gusano espera a la presa agitando sus antenas, que se parecen a pequeños gusanos sabrosos. Cuando un pez se acerca demasiado, la cabeza del gusano se dispara hacia adelante, sus mandíbulas se cierran de golpe y, en un instante, la desafortunada víctima desaparece debajo de la arena. A veces los ataques del gusano son de tanta potencia y velocidad que corta a su presa por la mitad:
El encuentro entre el gusano de la muerte y los pequeños peces puede sonar como de un solo ganador, pero una nueva investigación ha encontrado que los Scolopsis pueden luchar con una combinación ganadora de inteligencia y trabajo en equipo.
Los biólogos de la Universidad de Basilea en Suiza observaron esta increíble estrategia defensiva en el estrecho de Lembeh de Indonesia. Cuando un Scolopsis descubre un gusano bobbit - o cuando ve que es capturado un compañero miembro de su especie - se inicia una acuosa guerra relámpago, otros peces se reúnen rápidamente encima del enemigo que en su mayoría se oculta bajo tierra, que es asaltado por los peces disparando potentes chorros de agua de la boca, alterando el sedimento alrededor de la madriguera del gusano. Este comportamiento de acoso se llama "mobbing".
Los peces probablemente no están haciendo daño a su objetivo, pero ciertamente hacen daño a sus posibilidades de más alimentos. Una vez que ha sido visto el gusano, los peces no sólo descubren su escondite, sino que también están transmitiendo su ubicación a otros peces en la zona haciendo un gran alboroto. Con el tiempo, el depredador se retira, perdiendo sus esperanzas de una posible emboscada.
Los investigadores han observado que al menos dos especies de Scolopsis se involucran en este comportamiento de acoso, y es una estrategia más compleja de lo que la mayoría de la gente podría esperar de los peces. "En cuanto a su capacidad mental, está en gran medida subestimada", dijo el biólogo de la Universidad de Basilea, Daniel Haag-Wackernagel. "La investigación sobre su comportamiento en su hábitat natural sigue revelando grandes sorpresas".
Atrículo científico: Fish Against Monster Worms