El pez mano de Tasmania está en peligro de extinción
Las casi 30.000 variedades de peces óseos del mundo comprenden una fantástica mezcla de formas y tamaños. Pero si querías exactamente lo contrario de un tipo grande, fuerte, aerodinámico, pelágico, como el marlin negro o el atún rojo... bueno, no busque más que el pez-mano moteado (Brachionichthys hirsutus).
Este pequeño pez, que vive en el fondo comiendo invertebrados, parece recién salido del huevo de un dragón o un renacuajo mutante. Sus aletas pectorales y pélvicas han evolucionado para funcionar más como patas, permitiendo que el pez mano pasee, literalmente, alrededor del fondo marino. Una aleta dorsal colocada de manera poco convencional le da a la criatura aspecto de dinosaurio con cresta (o un mohicano, dependiendo de tu perspectiva). Viste un elegante traje de manchas y un rostro perpetuamente enojado ("la agria expresión de un bulldog británico", como recientemente lo definió The Guardian).
Hay descritos otros 13 peces mano pseudo-cuadrúpedos [PDF] miembros de la orden del rape que se encuentran solamente en aguas australianas. Como la mayoría de esos parientes, el pez-mano moteado es endémico de Tasmania y se mueve por el suelo arenoso del estuario del río Derwent en el sureste de la isla, así como algunas de sus bahías componentes. Lamentablemente, las últimas décadas ha visto rebajarse naturalmente el número de este limitado pero una vez común pez nativo de Tasmania - tan significativamente que, en 1996, se convirtió en el primer pez marino catalogado como "en peligro crítico" por el gobierno australiano.
No se entienden completamente los factores desencadenantes de la disminución del pez mano, aunque los científicos tienen algunos culpables en mente: puede ser la propagación de la exótica estrella de mar del Pacífico (Asterias amurensis) - que puede comer tanto las masas de huevos del pez mano como ascidias y otros organismos sedentarios cuando los peces depositan esas masas sobre ellas - así como el aumento de la sedimentación en el estuario de Derwent debido a las prácticas de uso de la tierra.
Ahora, un programa de cría en cautividad es la esperanza de que el pez mano no siga a algunas de las otras criaturas únicas de Tasmania, entre ellas, por supuesto, el tilacino ("tigre de Tasmania"), una especie de santo patrón de especies desaparecidas en la era moderna en el sombrío camino de la extinción.
Esta iniciativa, lanzada en la capital tasmana de Hobart por la agencia nacional de investigación científica de Australia, CSIRO, ha comenzando con éxito. Dos adultos de pez mano - llamados Harley y Rose - fueron capturados este mes en el río Derwent, y colocados en un tanque naturalista a lo largo del paseo marítimo de Hobart. El romance fue casi instantáneo.
"Tuvimos una transferencia tan hermosa que en diez minutos exhibieron el comportamiento de cortejo en el tanque, así que realmente no sabían que habían salido del río", dijo a ABC Radio Hobart el Dr. Tim Lynch del CSIRO.
De acuerdo con The Guardian, los gerentes del programa del CSIRO esperan que tales éxitos les permitan expandir la reserva cautiva de peces mano al Seahorse World de Tasmania y al Acuario de Melbourne SEA LIFE (junto con la Asociación de Zoológicos y Acuarios y el Programa Nacional de Ciencias Ambientales, del proyecto de cría en cautividad).
Very handy: Scientists breeding Tasmania's spotted handfish to ensure their survival https://t.co/ownU2Cz3zk pic.twitter.com/EzuT7q7fZ5
— ABC News Tasmania (@abcnewsTas) 15 de septiembre de 2017
Además de incrementar el número de peces mano, y el conocimiento científico, estas "poblaciones embajadoras" ayudarán a aumentar la conciencia sobre los diminutos peces bentónicos - rara vez vistos por el público en general, pero con un atractivo innegable cuando se aprecian de cerca.
El programa de cría en cautividad se combina con los esfuerzos continuos para ayudar a los peces mano en la natualeza (leer: peces caminantes) repoblando el río Derwent con un hábitat de desove artificial - que con suerte compensará el sustrato de cría perdido por las estrellas de mar invasoras o el raspado de cadenas de amarre.
Los peces mano no son demasiado exigentes con los sitios de desove, siempre y cuando estén elevados desde el fondo del mar: además de palos de plástico colocados deliberadamente en el estuario, se sabe que ponen huevos en medio de la amplia cama de botellas de cerveza.