Descrito oficialmente el pez caracol de las Marianas (Pseudoliparis swirei)
Gracias a las películas y vídeos de la naturaleza, mucha gente sabe que en las regiones más profundas y oscuras del océano viven extrañas criaturas. Incluyen peces víbora con enormes bocas y grandes dientes, y rapes, que tienen señuelos bioluminiscentes que hacen su propia luz en un mundo oscuro.
Sin embargo, el pez más profundo del mundo, conocido como pez caracol de las Marianas, es pequeño, rosado y completamente sin escamas. Su piel es tan transparente que puedes ver hasta su hígado. No obstante, el pez caracol es uno de los animales más exitosos que se encuentran en los lugares más profundos del océano.
Un equipo de investigación, que incluía a científicos de los Estados Unidos, el Reino Unido y Nueva Zelanda, encontró en 2014 una nueva especie de pez caracol en la fosa de las Marianas. Se ha visto que vive a profundidades de casi 27,000 pies (8.200 metros). Recientemente se publicó su descripción científica y se ha bautizado oficialmente como Pseudoliparis swirei. Estudiar sus adaptaciones para vivir a profundidades tan grandes ha proporcionado nuevos conocimientos sobre qué tipo de vida puede sobrevivir en las profundidades del océano.
Explorando la zona hadal
Este pez fue descubierto durante un estudio de la fosa de las Marianas en el oeste del Océano Pacífico. Las fosas de aguas profundas se forman en las zonas de subducción, donde una de las placas tectónicas que forman la corteza terrestre se desliza debajo de otra placa. Se extienden de 20,000 a 36,000 pies de profundidad debajo de la superficie del océano. La Fosa de las Marianas es más profunda que alto es el Everest.
Las aguas del océano en estas fosas se conocen como la zona hadal. El equipo se propuso explorar la fosa de Mariana de arriba a abajo en un esfuerzo por comprender lo que vive en la zona hadal; cómo interactúan allí los organismos; cómo sobreviven bajo una enorme presión creada por seis a siete millas de agua sobre ellos; y qué papel juegan las fosas hadales en el ecosistema oceánico global.
Llegar al fondo
Enviar instrumentos al fondo del océano es bastante sencillo. Recuperarlos no lo es. Los investigadores que estudian las profundidades del mar a menudo usan redes, cámaras o robots conectados a los barcos por cables. Pero un cable de siete millas de longitud, incluso si es muy fuerte, puede romperse por su propio peso.
Los investigadores usaron aterrizadores de caída libre, plataformas mecánicas que llevan instrumentos y pesas de acero y que no están conectadas a la nave. Cuando se despliegan los módulos de aterrizaje, les lleva unas cuatro horas hundirse hasta el fondo. Para recuperarlos se usa una señal acústica que les hace soltar su lastre y flotar a la superficie. Luego se buscan en el agua (cada uno lleva una bandera naranja), se recuperan y recopilan sus datos.
La vida en las fosas
Las fosas hadales llevan el nombre de Hades, el dios griego del inframundo. Para los humanos, son ambientes duros y extremos. La presión es tan alta como 15,000 libras por pulgada cuadrada (10.546 kgf/m²) - equivalente a un gran elefante parado en tu pulgar, y 1.100 veces mayor que la presión atmosférica al nivel del mar. Las temperaturas del agua son tan bajas como 33 grados Fahrenheit (1 grado Celsius). Sin embargo, en estas condiciones prosperan una gran cantidad de animales.
El equipo de investigación dejó cámaras cebadas con caballa para atraer animales móviles en la fosa. A profundidades más bajas, desde aproximadamente 16,000 a 21,000 pies (5.000-6.500 metros) en la llanura abisal, vieron peces grandes como colas de rata (Macrouridae), brótulas y congriperlas (de la famila Ophidiidae de las anguilas). En los bordes superiores de la fosa, a menos de 21.000 pies, encontraron camarones decápodos, anfípodos supergigantes (crustáceos nadadores) y pequeños peces caracoles rosados. Esta especie de pez caracol recién descubierta que vive a cerca de 27,000 pies (8.200 metros), es ahora el pez más profundo del mundo.
En las profundidades más grandes de la fosa, a cerca de 36,000 pies (11.000 metros), solo se vieron grandes enjambres de pequeños anfípodos carroñeros, que son algo similar a los insectos de los parterres de jardín. Los anfípodos viven en todo el océano pero son muy abundantes en las fosas. El pez caracol de las Marianas que filmaron los científicos estaba comiendo estos anfípodos, que constituyen la mayor parte de su dieta.
La fosa de Mariana alberga el punto más profundo del océano, el Challenger Deep, llamado así por la expedición HMS Challenger, que descubrió la fosa en 1875. Su sondeo más profundo, a casi 27,000 pies (8.184 metros), fue la mayor profundidad oceánica conocida en aquel momento. El sitio fue nombrado Swire Deep, en honor de Herbert Swire, un oficial en el viaje. Ahora, los investigadores han llamado en su honor al pez caracol de las Marianas, Pseudoliparis swirei, para reconocer y agradecer a los miembros de la tripulación que han sostenido la investigación oceanográfica a lo largo de la historia.
La vida bajo presión
El pez caracol hadal tiene varias adaptaciones para ayudarle a vivir bajo alta presión. Sus cuerpos no contienen ningún espacio de aire, como las vejigas natatorias que los peces óseos usan para ascender y descender en el agua. En cambio, el pez caracol hadal tiene una capa de pegajosidad gelatinosa debajo de su piel que le ayuda a la flotabilidad y también le hace más aerodinámico.
Los animales hadales también se han adaptado a la presión a nivel molecular. Incluso se ha encontrado que algunas enzimas en los músculos del pez hadal están adaptadas para funcionar mejor bajo alta presión.
El biólogo del Whitman College, Paul Yancey, miembro del equipo, descubrió que los peces de aguas profundas usan una molécula llamada óxido de trimetilamina (TMAO) para ayudar a estabilizar sus proteínas bajo presión.
Sin embargo, para sobrevivir a las mayores presiones de agua en el océano, los peces necesitarían tanto TMAO en sus sistemas que sus células alcanzarían concentraciones más altas que el agua de mar. A esa alta concentración, el agua tenderá a fluir hacia las células debido a un proceso llamado ósmosis, en el que el agua fluye de áreas de alta concentración a baja concentración para igualar. Para evitar la ruptura de estas células altamente concentradas, los peces tendrían que bombear continuamente agua de sus células para sobrevivir.
La evidencia sugiere que los peces no viven en realidad hasta las profundidades oceánicas más profundas porque no son capaces de mantener suficiente TMAO en sus células para combatir la alta presión a esa profundidad. Esto significa que a alrededor de 27,000 pies (8.200 metros) puede ser un límite de profundidad fisiológica para los peces.
Puede haber peces que viven en niveles tan profundos, o incluso ligeramente más profundos, que el pez caracol de las Marianas. Se encuentran diferentes especies de peces caracoles en las fosas de todo el mundo, incluida la fosa Kermadec en Nueva Zelanda, las fosas de Japón y Kurile-Kamchatka en el noroeste del Pacífico y la fosa Perú-Chile. Como grupo, el pez caracol parece haber encontrado un refugio improbable en un lugar llamado así por el infierno proverbial.
* Imagen del encabezado superior: del vídeo de Alan Jamieson y Thomas Linley, Universidad de Aberdeen. Schmidt Ocean Institute.
Artículo científico: Pseudoliparis swirei sp. nov.: A newly-discovered hadal snailfish (Scorpaeniformes: Liparidae) from the Mariana Trench