Adaptan su color dependiendo del coral en que viven
Los hipocampos o caballitos de mar pigmeos tienen, sin duda, uno de los camuflajes más magistrales del océano. Con solo dos centímetros de largo, las diminutas criaturas son más pequeñas que un clip, y son tan buenas escondiéndose que los científicos solo descubrieron la especie por accidente en 1969 cuando examinaron una de sus casas coralinas que habían sido llevadas a un laboratorio.
El buzo Atsushi Sadaki se encontró con estos pequeños mientras recientemente realizaba viajes de buceo desde las costas de Filipinas e Indonesia.
Sadaki, un buzo experimentado, dijo a Caters News que rara vez se encuentra con caballitos de mar de color amarillo y lo considera un hallazgo poco usual. El color, sin embargo, se toma del coral en el que viven estos animales. Los caballitos de mar pigmeos son demasiado minúsculos y frágiles para defenderse de los depredadores y, en su lugar, se camuflan para sobrevivir. Pasan toda su vida adulta viviendo de un tipo de coral llamado abanico de mar. Los bultos ricos en calcio, conocidos como tubérculos, cubren los cuerpos de los caballitos de mar y los ayudan a mezclarse con los pólipos de los abanicos de mar.
En la naturaleza existen dos morfos de color: caballitos de mar amarillos con tubérculos anaranjados que pasan sus días colgando alrededor de Muricella paraplectana de color similar, y caballitos de mar purpúreos salpicados con tubérculos de color rojo rosado encontrados en el coral Muricella plectana.
Durante algún tiempo, los científicos se preguntaron si los extraños peces adaptaron su nudosa piel para que coincida con el coral en el que viven, o si simplemente derivaron por el océano hasta que encontraron un abanico de mar que coincidía con su color.
En 2014, un equipo de investigadores de la Academia de Ciencias de California (CAS) recogió un par de reproductores de caballitos de mar pigmeos de un arrecife en las Filipinas y estableció un hogar artificial para ellos en una instalación de investigación - un desafío que requirió primero pasar tres años recogiendo abanicos de mar para asegurar que la pareja tuviera un alojamiento adecuado en el laboratorio cuando llegara.
Sorprendentemente, los caballitos de mar se criaron en cautiverio y regalaron a los investigadores la oportunidad de probar las habilidades de combinación de colores de los bebés. Se colocaron en un tanque con coral violeta una crías de caballitos de mar insondablemente pequeñas, mientras que a otras se les dio un hogar naranja. Para sorpresa de los científicos, los animales se desarrollaron de manera diferente según el tanque en el que se encontraban.
Así que los caballitos de mar que filmó Sadaki en el vídeo muestran un pelaje amarillo como resultado del coral Muricella paraplectana que llaman su hogar. Para más información, mira este vídeo bellamente producido de Deep Look: