Los recién nacidos son más tolerantes que los juveniles a algunos de los cambios ambientales
Los datos preliminares de la investigación sugieren que las temperaturas más cálidas y el aumento de los niveles de sal podrían tener efectos negativos en el comportamiento y la fisiología de los tiburones cazón o vitamínicos (Galeorhinus galeus). Un indicador claro de los cambios fisiológicos son los niveles más altos de marcadores de estrés, como las concentraciones de glucosa y lactato en la sangre.
Los investigadores también notaron cambios de comportamiento según sea el ambiente más cálido y salado y más tiempo pasan descansando los tiburones cazón. Los tiburones cazón suelen nadar constantemente. Una pausa en su actividad habitual significa que podrían estar demasiado estresados para encontrar comida o escapar de los depredadores.
Los investigadores también examinaron la respuesta de los tiburones cazón a los aumentos en las temperaturas y los niveles de salinidad en función de la etapa neonatal y juvenil (un año o más). Los hallazgos muestran que los recién nacidos eran más tolerantes que los juveniles a algunos de los cambios ambientales.
Esto sugiere que los recién nacidos podrían tener una habilidad especial al nacer para habitar las vías fluviales costeras donde el agua dulce se mezcla con el agua salada antes de migrar a aguas más profundas como juveniles.
El hogar de aguas poco profundas de los tiburones cazón fluctúa constantemente, pero esta variación natural se ve exacerbada debido al rápido ritmo del cambio climático.
Como resultado, a través de este estudio, los investigadores buscaban determinar "si esta especie en peligro de extinción podrá continuar utilizando estas aguas protegidas ricas en recursos, o si se verá obligada a salir al océano, lo que puede tener importantes implicaciones ecológicas para la supervivencia de la especie".
Querían saber específicamente si el vivero en el sureste de Tasmania seguirá siendo un área viable para las crías de tiburones cazón en los próximos años. Para llegar a su conclusión, los investigadores evaluaron la fisiología y la bioquímica de tiburones recién nacidos y juveniles.
"Con suerte, estos hallazgos podrán guiar o informar las regulaciones que pueden mejorar la salud de los tiburones", dijo Katherine Ollerhead, candidata a doctorado en la Universidad de Tasmania en Australia y coautora del estudio.
Los hallazgos se presentarán esta semana en la conferencia American Physiological Society (APS) Intersociety Meeting in Comparative Physiology: From Organism to Omics in an Uncertain World