Estaba en condiciones casi perfectas, en particular su borde dentado
Un pequeño equipo de oceanógrafos afiliados a varias instituciones de Estados Unidos, en colaboración con un zoólogo de la Colección Estatal de Zoología de Baviera (SNSB), en Alemania, ha documentado el primer descubrimiento in situ de un diente de megalodon fosilizado en las profundidades del mar.
En su artículo científico el grupo describe cómo descubrieron el antiguo tiburón y qué reveló su estudio sobre su condición.
Investigaciones anteriores han demostrado que los megalodones eran una especie extinta de tiburón lamniforme gigante que vivió hace 3,6 a 23 millones de años; se cree que los miembros de su especie estuvieron entre los depredadores más grandes y poderosos que jamás hayan existido.
Sin embargo, se ha encontrado muy poca evidencia del tiburón; la mayoría en forma de dientes fosilizados. Estos dientes se han encontrado en diversos lugares, incluidas playas arenosas y huesos de ballena fosilizados. Pero hasta ahora, nunca se ha encontrado ningún diente de megalodon en el lugar donde se asentó originalmente después de salir de la boca de su dueño.
Imagen: Captura de pantalla del vídeo de documentación del Hercules (ROV) a una profundidad de 3.090 m en un monte submarino sin nombre ubicado a ~350 km al sureste del atolón Johnston (inmersión H1926, 14.11332°N, 167.39357°W, 23 de junio de 2022) que muestra el sitio con el diente de Otodus megalodon. Crédito: Historical Biology (2023). DOI: 10.1080/08912963.2023.2291771
Los investigadores encontraron el diente por accidente. Estaban en un viaje en barco frente a la costa del atolón Johnson, en el Océano Pacífico, inspeccionando el fondo del océano utilizando un robot submarino controlado remotamente, cuando vieron el diente que sobresalía casi verticalmente de la arena.
Después de tomar fotografías y grabar videos del diente, hicieron que su robot lo extrajera. Más tarde, después de estudiar el diente en su laboratorio, descubrieron que estaba en condiciones casi perfectas, en particular su borde dentado.
El equipo de investigación sugiere que el diente pudo permanecer en su posición original debido a su ubicación en el fondo del mar, una parte del océano donde las fuertes corrientes impiden la acumulación de sedimentos. En este caso, también evitó que los sedimentos desgastaran las características del diente. Claramente no había sido sacudido ni caído: había permanecido firmemente en el lugar donde cayó originalmente.
"Hay zonas del fondo marino, especialmente cuencas oceánicas profundas alejadas del continente, donde se produce poca o ninguna deposición de sedimentos durante largos períodos de tiempo", explica Tyler Greenfield, paleontólogo de Ocean Exploration Trust (Nautilus Live).
Señalan que el diente no era de un tiburón particularmente grande; Medía sólo entre 63 y 68 milímetros de largo, pero su ubicación podría ayudar a los científicos oceánicos a aprender más sobre estas antiguas criaturas marinas.
Los hallazgos se han publicado en la revista Historical Biology: First in situ documentation of a fossil tooth of the megatooth shark Otodus ( Megaselachus ) megalodon from the deep sea in the Pacific Ocean