El mayor de los tiburones era bastante grande, medía 9,7 metros
Un equipo internacional de arqueólogos, paleontólogos, evolucionistas y geocientíficos ha analizado antiguos fósiles de tiburones de la época de los dinosaurios que fueron desenterrados recientemente en México. En su artículo el grupo describe el estado de los fósiles y dónde encajan en la familia de los tiburones.
Los fósiles fueron descubiertos en una cantera de piedra caliza en el noreste de México, incrustados en roca. Algunos tenían perfiles completamente conservados, lo que permitía evaluaciones precisas del tamaño y otros detalles. En algunos de los fósiles también eran claramente visibles importantes características, como las cuencas de los ojos, las aletas, las colas y los contornos de algunos órganos y estructuras cartilaginosas.
Los investigadores descubrieron que el mayor de los tiburones era bastante grande, medía 9,7 metros (más de 30 pies). Era más grande que los grandes tiburones blancos modernos y posiblemente el tiburón durófago más grande que jamás haya existido.
También descubrieron que era del género Ptychodus, descubierto por primera vez a mediados del siglo XVIII, y descrito basándose en sus dientes, que podían medir casi 55 centímetros (unas 22 pulgadas) de largo. También eran conocidos por su fuerte mordida, que les permitía aplastar los caparazones de sus presas.
Imagen: Diente de Ptychodus. Crédito: Dr. Romain Vullo, Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences (2024). DOI: 10.1098/rspb.2024.0262
El equipo de investigación observó que el fósil estaba tan bien conservado que pudieron estudiar sus vértebras y dientes. Dataron los especímenes en el Cretácico Superior.
Se descubrió que los nuevos fósiles eran tiburones que pertenecían al grupo de los tiburones mackerel (caballa), que incluye los grandes tiburones blancos modernos, los tiburones salmón y el mako. Al igual que sus parientes, tenían dientes que podían usarse para moler y la forma de su cuerpo sugería que probablemente consumían tortugas marinas y amonitas como parte importante de su dieta, un factor que podría haber llevado a su desaparición hace aproximadamente 76 millones de años, debido a que competían con muchas otras criaturas que también cazaban la misma presa.
Imagen: Ejemplares de Ptychodus completamente articulados de principios del Cretácico Superior. Crédito: Dr. Romain Vullo, Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences (2024). DOI: 10.1098/rspb.2024.0262
Los investigadores señalan que los cuerpos de los tiburones eran más aerodinámicos de lo que se creía que era Ptychodus, lo que sugiere que eran rápidos nadadores. También señalan que los tiburones probablemente se parecían en forma al tiburón marrajo sardinero, que todavía existe en la actualidad.
La investigación se ha publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences: Exceptionally preserved shark fossils from Mexico elucidate the long-standing enigma of the Cretaceous elasmobranch Ptychodus