La gente había relacionado los ataques con la actividad de las orcas en el Golfo
Dos recientes ataques de tiburones en una playa de Florida provocaron una avalancha de rumores en las redes sociales que vinculaban los casos con la presencia de orcas en el Golfo de México. Pero esto "no tiene ningún sentido", dijo el biólogo marino Jesús Erick Higuera-Rivas.
El 7 de junio tres personas resultaron heridas en dos ataques de tiburones frente a la costa del condado de Walton, entre Destin y Panama City Beach. Entre las víctimas se encontraban una mujer de 45 años que fue mordida cerca de Watersound Beach, así como dos adolescentes que resultaron heridos más tarde ese mismo día, a unas cuatro millas al este del primer ataque.
El mismo tiburón sarda o lamia (Carcharhinus leucas *) probablemente fue responsable de los tres ataques, dijo a USA Today el representante de la Oficina del Sheriff del condado de Walton, Corey Dobridnia.
Recientes avistamientos de orcas (Orcinus orca) en la misma región llevaron a algunas personas a especular que las orcas estaban acercando a los tiburones toro a la costa, donde atacaban a las personas. Se habían visto orcas el 4 de junio justo al sur de Destin, a unas 75 millas (120 kilómetros) de donde ocurrieron los ataques de tiburones.
Sin embargo, Higuera-Rivas dice que los dos eventos "no están conectados". Higuera-Rivas estudia el comportamiento de las orcas en la Asociación Civil de Protección y Conservación de Pelágicos en México, incluidas sus interacciones con tiburones y rayas.
A pesar de las observaciones de algunas orcas cazando grandes tiburones blancos (Carcharodon carcharias) frente a la costa de Sudáfrica y persiguiendo tiburones sarda en el Golfo de California, Higuera-Rivas dice que los últimos ataques se deben más bien al aumento de la actividad humana cerca de donde se alimentan los tiburones sarda cerca de la costa.
Imagen: Es poco probable que las orcas hayan jugado un papel en los recientes ataques de tiburones en Florida, dicen los expertos.
De igual forma, los avistamientos de orcas en la región también se deben al auge del ecoturismo. "Se ven más imágenes en línea sobre orcas en [el Golfo de México], pero no es porque las orcas aparezcan cada vez con más frecuencia", dijo. Más bien, simplemente se les está notando más.
Debido a que las orcas probablemente siempre han estado en la región, pero recién ahora se las fotografía más, Higuera-Rivas cree que los ataques en Florida son poco probables debido a su presencia.
Gavin Naylor, director del Programa de Investigación de Tiburones de la Universidad de Florida (FPSR), también está de acuerdo.
Naylor le dijo que las orcas a veces se dirigen a los tiburones, pero esto tiende a suceder bastante lejos de la costa. "Hay muchos lugares para que los tiburones se escondan lejos de las orcas a lo largo de la costa", dijo, y agregó que no está claro por qué los tiburones serían conducidos específicamente a costas pobladas por humanos. Parece especialmente improbable que los tiburones sarda se acumulen cerca de la costa debido a la actividad de las orcas porque los tiburones también tienen la capacidad de esconderse en ecosistemas de agua dulce.
En cambio, Naylor sugiere que los ataques del tiburón sarda probablemente se deben a que el pez cebo se acerca a la orilla, atrayendo así a los tiburones.
El reciente clima cálido y seco en Florida puede significar que ha disminuido la producción de agua dulce de los estuarios. "Cuando hay menos producción estuarina, entonces el agua salada puede acercarse más a la costa de lo normal, y eso trae consigo el plancton y los peces de cebo que se los comen", dijo.
Con el pez cebo vienen los tiburones sarda, dijo Naylor.
(*) Carcharhinus leucas, conocido en países de habla inglesa como bull shark, no debe ser confundido por esta razón con Carcharias taurus (conocido en español como tiburón tigre de arena, tiburón toro o jaquetón tigre, con quien no comparte siquiera orden taxonómico). Aplicar en este caso una traducción literal de su nombre común entre estos idiomas es un error frecuente que confunde especies muy distintas. Para evitar la ambigüedad entre estas especies que ni siquiera son filogenéticamente cercanas (el último antepasado común de estas dos especies existió hasta hace 140 millones de años).