Un tiburón ángel devora en tres dramáticos segundos a un tiburón cebra
Los tiburones ángel o angelotes (Squatinidae) son una familia única de tiburones planos que viven en el fondo y se parecen mucho a las rayas.
Estos esquivos depredadores, presentes en aguas costeras desde Europa hasta el Pacífico, son maestros del camuflaje y se mimetizan perfectamente con el fondo marino.
Sus anchos cuerpos y sus aletas pectorales en forma de alas les permiten enterrarse en la arena o el lodo, haciéndolos casi invisibles para presas desprevenidas. Los angelotes son depredadores de emboscada, que recurren al sigilo y a ataques ultrarrápidos para atrapar a sus víctimas.
La dieta del tiburón ángel se compone principalmente de peces, crustáceos y cefalópodos: sus poderosas mandíbulas, equipadas con afilados dientes como agujas, le permiten atrapar con facilidad a estos escurridizos animales.
Un famoso vídeo recoge esta increíble técnica de caza en tres dramáticos segundos.
Vídeo: Momento en que un tiburón ángel tiende una emboscada a un tiburón cebra
¿Cómo evita el tiburón ángel ser detectado por sus presas?
En 2018 un grupo de científicos publicó un estudio sobre el tiburón ángel japonés que reveló cómo lograba permanecer tan quieto cuando se escondía en la arena: a diferencia de otros peces, el tiburón ángel es capaz de ocultar su respiración y el movimiento de sus branquias para no parecer visible debajo de la arena.
El estudio demostró que, a diferencia de otros peces de fondo, el tiburón ángel no tomaba agua en la boca durante la respiración ni la expulsaba a través de las branquias. En cambio, utilizaba las aletas branquiales ubicadas en la parte inferior del cuerpo como bomba para expulsar el agua a través de las branquias, ocultando así la actividad respiratoria debajo del tiburón.
La dependencia del tiburón ángel de estos hábitats arenosos y fangosos lo hace particularmente vulnerable a actividades humanas como la pesca de arrastre y el desarrollo costero.