Consumir carne y cartílago de tiburón también puede poner en riesgo a los consumidores
Un análisis de aletas de tiburón de aguas de Florida encontró altas concentraciones de potentes neurotoxinas
La infame persecución de los tiburones para hacer sopa de aleta de tiburón está llevando a muchas otras especies de peces silvestres en camino a la extinción. Ahora, sugiere una investigación reciente, esta costosa comida también puede estar dañando a los humanos.Un análisis de las aletas de tiburón de aguas de la Florida encontró altas concentraciones de β-N-methylamino-L-alanine, o BMAA, una neurotoxina que se ha relacionado con el Alzheimer y la enfermedad de Lou Gehrig. El hallazgo plantea la preocupación de que consumir carne y cartílago de tiburón puede poner en riesgo a los consumidores.
"Las concentraciones de BMAA en las muestras son una causa de preocupación, no sólo en la sopa de aleta de tiburón, sino también en los suplementos dietéticos y otras formas de ser ingeridos por los seres humanos", dijo en un comunicado la coautora del estudio Deborah Mash, que dirige la University of Miami Brain Endowment Bank.
Los investigadores probaron siete especies de tiburones para el estudio: amarillo, punta negra, mako, toro, tiburón martillo gigante, limón y tiburones nodriza. Los científicos recortaron pequeñas muestras de aleta de animales vivos a fin de no perjudicar a los tiburones.
En su informe en la revista Marine Drugs, los autores encontraron que las concentraciones de BMAA van desde 144 a 1.838 nanogramos por miligramo. De acuerdo con Mash, esos niveles son similares a los niveles encontrados en los cerebros de los pacientes de Alzheimer y enfermedad de Lou Gehrig. Investigaciones anteriores han relacionado la ingesta de murciélagos de la fruta ricos en BMAA en Guam con enfermedades degenerativas del cerebro, lo que sugiere que el consumo de la toxina puede afectar la salud humana.
Los investigadores esperan que los hallazgos ayudarán a desalentar la práctica de cercenamiento de las aletas de tiburón, con la que se les cortan las aletas hasta a 70 millones de tiburones al año y son devueltos vivos de nuevo al océano para morir.
"Este trabajo no sólo proporciona información importante sobre una ruta probable de exposición humana al BMAA, sino que puede conducir a una disminución de la demanda de sopa de aleta y consumo de productos de tiburón, lo que ayudará en los trabajos de conservación del océano", dijo el coautor del estudio, Neil Hammerschlag, profesor de asuntos y política marina de la Universidad de Miami.
Artículo científico: Cyanobacterial Neurotoxin β-N-Methylamino-L-alanine (BMAA) in Shark Fins