El tiburón pigmeo smalleye utiliza la luz para esconderse de los depredadores
Tiburones pequeños del tamaño de una mano humana tienen un extraño tipo de súper poder: su vientre luminoso, según una nueva investigación que también mostró que estos tiburones pigmeos smalleye utilizan la luz para esconderse de los depredadores que les acechan.Los científicos habían propuesto que el tiburón pigmeo smalleye (Squaliolus aliae) usaban órganos emisores de luz llamados fotóforos para el camuflaje, pero en realidad nunca fue probado, dijo el investigador Julien Claes de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica. "No se sabe aún si estos órganos son realmente funcionales, capaces de producir luz", añadió Claes.
El pequeño tiburón, que alcanza una longitud máxima de tan sólo 8,7 pulgadas (22 centímetros), vive muy por debajo de la superficie del agua en los océanos Índico y Pacífico occidental. La nueva investigación, que se detalla esta semana en The Journal of Experimental Biology, sugiere que sus barrigas brillantes (un tipo de bioluminiscencia) reemplazarían a la luz que penetra del sol o la luna y las estrellas, que de alguna manera es absorbida por el cuerpo.
Para el estudio, Claes y su colega Jérôme Mallefet, junto con Hsuan-Ching Ho de la Universidad Nacional Dong Hwa, Taiwán, capturaron 27 tiburones enanos smalleye adultos, frente a la costa de Taiwán y los llevaron al Museo Nacional y Acuario de Biología Marina. En el laboratorio, los científicos tomaron muestras de piel de los tiburones y probaron la forma en que respondían a diversos productos químicos conocidos por desencadenar procesos biológicos como la producción de luz. Efectivamente, la melatonina había causado que brillase la piel del tiburón; neurotransmisores conocidos por regular la producción de luz en alta mar por peces óseos no tuvieron efecto sobre el pigmeo de la piel. Cuando el equipo añadió a las muestras la hormona prolactina, el brillo se apagó.
Artículo científico: Control of luminescence from pygmy shark (Squaliolus aliae) photophores
Crédito imágenes: Julien Claes, Université catholique de Louvain