El depredador ártico medía casi cuatro metros y fue capturado a 6.000 pies de profundidad
Un equipo universitario de investigación capturó un tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus) de 12 pies (3,6576 metros) a 6.000 pies bajo la superficie del Golfo de México, aguas inusualmente cálidas para este tiburón de agua fría, y por primera vez a tales profundidades."No nos esperábamos algo así de grande", dijo Dean Grubbs, jefe de la expedición y un biólogo marino de la Universidad Estatal de Florida,. "Tan pronto como lo subimos a la superficie sabía exactamente lo que era - no hay demasiados tiburones grandes de color negro con una larga aleta dorsal". Es el primer tiburón de Groenlandia de natación profunda que ha sido capturado en el Golfo de México, dijo Grubbs.
Cuando el 2 de agosto la tripulación comenzó a tirar de nuevo de su sedal de nylon, sabían que algo había cambiado. Por lo general, el sedal llega con las manos vacías - no hay demasiadas criaturas a esa profundidad. Pero esta vez, se produjo un tirón en el extremo del cable.
El cabrestante motorizado llevó casi una hora para acarrear el tiburón a la nave. Apareció en la superficie "como una ballena", y el ayudante del capitán gritó "peces gordos!", dijo Grubbs.
Los tiburones de Groenlandia son nadadores de aguas frías, y por lo general viven en el Atlántico norte, cerca del Círculo Polar Ártico. Cuando nadan al sur, como sucede con frecuencia, nadan más profundo, a profundidades superiores a 3.000 pies, donde el agua tiene una temperatura de 40 grados Fahrenheit. Es un gran contraste con las aguas del Golfo de México, a más de 80 grados Fahrenheit en la superficie el día que fue capturado el tiburón.
Sólo un puñado de investigadores, entre ellos Grubbs, tiene técnicas para obtener muestras de grandes peces de aguas profundas.
Grubbs y su equipo son parte del Deep-C Consortium, un grupo de biólogos del océano que están estudiando el efecto del derrame de petróleo de la plataforma Deepwater Horizon en 2010 sobre las especies que viven en el Golfo de México.
En los meses posteriores al derrame, dice Grubbs, se investigó acerca de cómo se ven afectados los animales que viven en el Golfo. "En su mayor parte hemos tenido que responder, no lo sabemos", dijo.
El objetivo del reciente viaje de una semana, la sexta expedición que ha hecho Grubbs, era encontrar muestras a hasta 6.000 pies bajo la superficie del agua.
Después de que el tiburón se subió a cubierta, la tripulación trabajó en él durante horas, hasta bien entrada la noche.
Grubbs dijo que hicieron casi 75 medidas de la estructura del cuerpo del pez. El equipo recogió muestras para el análisis genético, lo que confirmará que especie de tiburón era. También se tomaron muestras de los músculos, el estómago y el hígado del tiburón, junto con la sangre y la bilis, para ser compartidas con los laboratorios de todo el mundo para entender cómo se incorporan en el cuerpo del tiburón las toxinas y productos químicos del derrame de petróleo de 2010.
Hubo algunas sorpresas: Grubbs encontró una espina de seis pulgadas de una raya venenosa en el cráneo del tiburón, desde su mandíbula hasta justo debajo de su ojo que, probablemente, se alojó allí durante lo que podría haber sido un accidente durante la alimentación. Entre los contenidos del estómago del tiburón los investigadores encontraron picos de calamar y el huevo de una raya.
El tiburón estaba vivo cuando fue capturado, dijo Grubbs, pero no es probable que hubiera sobrevivido mucho más tiempo en el agua debido a la alta temperatura.