Los blancos tienen 300 dientes dispuestos en hasta siete filas
Con una cámara submarina unida a la cabeza, un buzo capturó un terrorífico encuentro con un gran tiburón blanco en las costas de la Florida.
A principios de este mes, el buzo Jimmy Roseman, de West Melbourne, Florida, estaba nadando en las turbias aguas alrededor de Bethel Shoal, en la costa de Vero Beach, cuando un gran tiburón blanco se le acercó y siguió dando vueltas a su alerededor.
"En el video parecía que estaba un poco más lejos", dijo Roseman a la estación local de televisión Fox 35. "Pero todo el tiempo se encontraba de 6 a 7 pies (01,08 a 02.01 metros) de distancia de mí".
Roseman pinchó al tiburón con su fusil hasta que se fue.
Los grandes tiburones blancos (Carcharodon carcharias), que reciben su nombre de sus pálidos vientres, se pueden encontrar en la mayoría de los océanos de todo el mundo, a pesar de que prefieren nadar en las áreas costeras templadas. Son los más grandes peces depredadores en el mar, a veces creciendo hasta tener más de 20 pies (6 metros) y un peso de hasta 5.000 libras. (2.268 kilogramos). Las criaturas se sabe que tienen 300 dientes dispuestos en hasta siete filas.
Los ataques de tiburones a humanos son relativamente poco comunes y son muy raramente fatales. El año pasado se registraron en todo el mundo 72 ataques no provocados de tiburones y 10 de ellos fueron mortales, según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburón compilado por los biólogos de la Universidad de Florida (UF) . Cuarenta y siete de esos ataques se produjeron frente a las costas de Estados Unidos, con ocho reportados en el Condado de Volusia en Florida, un punto caliente para los ataques de tiburones. En los Estados Unidos sólo hubo una muerte relacionada con los tiburones en 2013, en Hawai.
El número de ataques de tiburones en todo el mundo ha aumentado desde 1900, pero esto probablemente refleja la creciente cantidad de tiempo que los humanos pasan en el mar, aumentando las posibilidades de este tipo de encuentros, dijeron investigadores de la UF.
Los ataques de tiburones consiguen inevitablemente más atención que a sus problemas de conservación. Aunque la pesca ilegal hace que sea difícil evaluar el número total de muertes de tiburón, un estudio del año pasado estima que los humanos matan 100 millones de tiburones al año, en gran parte para alimentar el gusto por la sopa de aleta de tiburón.