Sudáfrica ha comenzado a probar una manera humana de hacer sus playas más seguras
El llamado Shark POD reduce la probabilidad de un ataque del 0.70 por ciento al 0.08 por ciento
En 2013 hubo 72 ataques no provocados de tiburones a seres humanos, de los cuales 10 fueron mortales, según los datos recogidos por el Museo de Historia Natural de Florida. Aunque las probabilidades de un ataque son muy bajas, hay ciertos factores que ponen en riesgo a los usuarios de los océanos. Los surfistas, por ejemplo, son los objetivos más probables, representando aproximadamente el 50,8 por ciento de todos los ataques, y la ubicación es también un componente importante. Australia, Hawai y Sudáfrica tienen poblaciones de tiburones más grandes que otras partes del mundo.
Es por eso que la Junta de Tiburones KwaZulu-Natal en Sudáfrica ha anunciado un plan para mantener a los depredadores fuera de las playas. En un experimento que durará hasta mayo los investigadores están desplegando casi 330 pies de cable eléctrico en el fondo del mar y siguiendo sus efectos sobre los grandes blancos locales.
La valla no repele a los tiburones de la misma forma que lo haría una barrera invisible, sino más bien se aprovecha de una sensibilidad natural en las narices de los tiburones. El sistema constará de un cable con una serie de vástagos verticales que emiten un campo eléctrico de baja frecuencia. Unas bolsas de gel en la nariz del tiburón (conocidas como ampollas de Lorenzini) lo hacen especialmente sensible a un campo de este tipo; que es el mismo mecanismo que les permite localizar a sus presas. Una vez que se acerca a la "valla", probablemente adentrándose unos pocos metros, volvería atrás naturalmente.
Según Paul Von Blerk, el líder del proyecto, el comportamiento es similar a la reacción de un ser humano a un calor extremo. "Desde la distancia podemos sentir el calor que emite un fuego, pero cuanto más nos acercamos más incomodidad experimentamos. Una vez que el malestar es demasiado fuerte nos alejamos de la llama", explicó a Northglen News, una emisora local en Sudáfrica.
Ballenas, delfines y otras especies marinas no tienen esa particular anatomía, por lo que no se verán afectadas. Según se informa, los seres humanos que se rocen accidentalmente contra el cable o sus apéndices pueden sentir un ligero cosquilleo.
La valla es una extensión del dispositivo surfista de seguridad llamado Shark POD, que fue desarrollado por la Junta de Tiburones KwaZulu-Natal en la década de 1990 y actualmente es comercializado por la empresa australiana Shark Shield. El sistema, que se puede montar en tablas de surf o unirse a los tobillos de los buceadores, utiliza un par de electrodos para emitir un campo tridimensional alrededor del usuario que se extiende de tres a diez pies de ancho.
Varios estudios han confirmado la eficacia de la tecnología en repeler depredadores y la prevención de ataques. Un estudio de 2012, por ejemplo, encontró que los POD aumentaron significativamente la cantidad de tiempo que le tomaría a un tiburón acercarse a un cebo y atacar. Una investigación anterior (archivo .PDF) realizada por la Universidad de Pretoria en Sudáfrica también encontró que el dispositivo reduce la probabilidad de un ataque del 0.70 por ciento al 0.08 por ciento.
Este reciente experimento en la playa de Glencairn cerca de Ciudad del Cabo pondrá a prueba a gran escala el repelente de tiburones eléctrico. Una serie de cámaras montadas en los acantilados cercanos harán un seguimiento de los movimientos de los depredadores cerca de la "valla" durante un período de seis meses. Si tiene éxito, la valla ofrecerá una buena alternativa a las actuales medidas de protección de los tiburones. Durante el último medio siglo el país se ha basado en redes para mantener a los tiburones lejos de los bañistas, pero los animales a menudo se atascan en las redes y necesitan ser liberados manualmente. Algunos incluso mueren como resultado.
En comparación, la solución de la cerca eléctrica es mucho más humana. John Duncan, gerente senior del Fondo Mundial para la Naturaleza en Sudáfrica, dijo a phys.org que la organización no lucrativa "apoya absolutamente las intervenciones que intentan gestionar la interacción humano-animal de una manera no fatal y no impactante".
El sistema muy bien podría presentar una nueva manera eficaz y segura de proteger a los nadadores en los puntos calientes de ataques de tiburón en todo el mundo.