Su técnica de alimentación les permite eludir el efecto repelente de los anzuelos de pesca magnéticos
Incluso para los estándares de aguas profundas, los tiburones de Groenlandia son raros. Los peces que habitan en el Ártico viven por siglos, la vida más larga de cualquier animal con espina dorsal. Es un misterio dónde y cuándo se reproducen. Muchos tienen gusanos parásitos colgando de sus ojos.
Pero, al igual que otros tiburones, a menudo se pescan como captura fortuita o incidental, lo que contribuye a los 50 millones de tiburones capturados involuntariamente cada año en todo el mundo. Sin embargo, es un desafío ayudar a estos extraños tiburones a evitar el anzuelo.
Los tiburones están siendo víctimas de la pesquería de rodaballo en la isla de Baffin, Nunavut. Esta pesquería utiliza palangres con cientos de perniciosos anzuelos cebados con calamar para capturar rodaballos planos de un metro de largo que habitan en el fondo del mar.
En 2009, las cambiantes condiciones del hielo obligaron a los pescadores a pasar de una pesquería de invierno a una de verano, precisamente cuando los tiburones pasan más tiempo cerca de la costa. Ese año se disparó la captura fortuita de tiburones: los pescadores capturaron 4,3 toneladas de tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus) por cada tonelada de rodaballo. Perder tiburones por la captura incidental es malo para los tiburones, pero también es malo para los pescadores, que pierden sus aparejos y el valioso rodaballo.
A principios de la década de 2010 una prometedora tecnología, llamada anzuelo selectivo magnético y repelente (SMART, por sus singlas en inglés), fue desarrollada por SharkDefense, un grupo de investigadores con sede en Nueva Jersey. El anzuelo crea un campo magnético que interfiere con los órganos electrosensoriales de algunos tiburones y puede evitar que se acerquen demasiado.
Estudios previos del anzuelo SMART demostraron que repelía al tiburón mielga, galludo o tollo de cacho (Squalus acanthias) y al tiburón cabeza de pala (Sphyrna tiburo) de otras pesquerías de palangre, por lo que Scott Grant, biólogo de la Memorial University en St. John's, Newfoundland, Canadá, pensó que podría funcionar para los tiburones de Groenlandia, que dependen de su capacidad para detectar campos eléctricos para navegar y cazar en aguas profundas y oscuras.
Pero el estudio de Grant fue desalentador. Él y sus colegas descubrieron que los anzuelos SMART enganchaban a los tiburones de tres metros con la misma frecuencia que las artes de pesca convencionales. Los investigadores incluso encontraron algunos tiburones salvajes con dos o tres anzuelos SMART en sus mandíbulas. Pero los científicos no estaban seguros de por qué los anzuelos SMART no lograron mantener a los tiburones alejados.
Para comprender por qué, Grant y su equipo recurrieron a vídeos de tiburones de Groenlandia alimentándose. Descubrieron que, al igual que un puñado de otras especies de tiburones, los tiburones de Groenlandia se alimentan chupando presas en sus bocas, en lugar de embestir o morder a sus presas. También descubrieron que un tiburón de Groenlandia puede aspirar alimentos desde una distancia de hasta 30 centímetros.
El anzuelo SMART utilizado para el rodaballo es relativamente pequeño, y el campo magnético que produce puede ser demasiado débil para disuadir a los tiburones desde esa distancia, dice Grant.
Neil Hammerschlag, un ecologista de tiburones de la Universidad de Miami, dice que es importante probar las tecnologías que repelen los tiburones. "Entender lo que funciona es importante, pero igual de importante es descubrir qué es lo que no funciona", dice.
Según Hammerschlag, la protección de especies como los tiburones de Groenlandia puede requerir estrategias distintas a la tecnología de fantasía. Podría tener más sentido cambiar la pesquería para evitar las especies de la captura incidental. Por ejemplo, dice Hammerschlag, el estudio de variables ambientales como la temperatura o la profundidad podría revelar lugares donde se encuentra la especie objetivo sin las especies de la captura incidental.
Con la reciente promesa del gobierno canadiense de invertir CAN $ 2.5 millones en el crecimiento de las pesquerías de Nunavut, incluida la pesquería de rodaballos, Grant está acelertando para descubrir qué es lo que mantendrá fuera del anzuelo a estos tiburones maravillosamente extraños.