¿Alguna vez te has preguntado por qué el tiburón Megalodon se hizo tan grande?
¿O por qué otros tiburones son mucho más pequeños?
En un artículo publicado por Evolution, una investigación dirigida por la Dra. Catalina Pimiento de la Universidad de Swansea y coautora de un equipo internacional de científicos del Reino Unido, Europa y los Estados Unidos examinó los rasgos biológicos de todos los tiburones y rayas antes de ejecutar una serie de modelos evolutivos para buscar cómo evolucionó el gigantismo con el tiempo.
Los resultados mostraron que para que un tiburón sea gigante, primero tendría que desarrollar adaptaciones que mejoren la alimentación, como la capacidad de controlar, al menos en cierto grado, la temperatura de su propio cuerpo o convertirse en un alimentador por filtración.
El Megalodon, uno de los tiburones gigantes más famosos, el tema de la película de Hollywood The Meg en 2018, era un activo depredador que podía medir hasta 18 metros de longitud y se extinguió hace unos dos millones de años.
Mientras tanto, el tiburón ballena, que todavía vive en la actualidad, también puede alcanzar los 18 metros, pero no es un depredador activo. En su lugar, es un alimentador por filtración y come diminuto plancton marino.
Estos dos sujetos formaron partes clave de la investigación, que se centró en el árbol de la vida de los tiburones, donde los autores mapearon características relacionadas con el tamaño del cuerpo, como su capacidad termo-reguladora, mecanismo de alimentación y dieta.
Luego, los investigadores descubrieron que los tiburones podrían convertirse en gigantes siguiendo una de dos posibles vías evolutivas. La vía mesotérmica, que consiste en desarrollar la capacidad de autocontrol de la temperatura de sus órganos más importantes, o la vía de alimentación por filtración, que consiste en desarrollar la capacidad de alimentarse con plancton microscópico.
La adaptación mesotérmica permite a los tiburones vivir en diferentes tipos de hábitats, incluidas las aguas frías, y también cazar más eficazmente. La adaptación de alimentación por filtración permite a los tiburones comer el alimento más abundante en el océano: el plancton.
Sin embargo, existen riesgos para cualquier tiburón siguiendo las vías evolutivas que conducen al gigantismo. Las especies mesotérmicas necesitan consumir grandes presas para mantener sus altas demandas energéticas pero, cuando estas presas son escasas, los tiburones gigantes son más susceptibles a la extinción. La escasez de grandes presas en tiempos de rápidos cambios climáticos fue la causa más probable de la extinción del Megalodon.
Si bien los alimentadores por filtración han mostrado mayor resistencia, corren el riesgo de comer grandes volúmenes de microplásticos tóxicos que ahora se pueden encontrar en los océanos del mundo, lo que amenaza su extinción.
La Dra. Catalina Pimiento, investigadora principal y becaria postdoctoral en la Universidad de Swansea, dijo:
"Los tiburones proporcionan un estudio de caso ideal para comprender los caminos evolutivos que conducen al gigantismo en los océanos porque muestran estilos de vida y adaptaciones contrastantes, y porque tienen una historia evolutiva de al menos 250 millones de años".
Artículo científico: Evolutionary pathways toward gigantism in sharks and rays
