La tasa de degradación de la nieve marina está determinada por la dinámica del transporte microscópico
Los océanos juegan un papel clave en el balance global de dióxido de carbono. Esto se debe a que viven allí miles de millones de pequeñas algas, absorbiendo dióxido de carbono a través de la fotosíntesis e incorporándolo a su biomasa.
Cuando estas algas mueren, se precipitan, junto con las excreciones de criaturas microscópicas que se alimentan de ellas, como "nieve marina" hacia zonas más profundas. Aproximadamente el uno por ciento de su dióxido de carbono permanece enterrado en el lecho marino durante miles de años.