El proyecto de investigación Sartrac ha encontrado usos sostenibles para las algas marinas
Mientras las playas del Atlántico se preparan para la avalancha anual de un alga de fuerte olor, los científicos de un proyecto dirigido por la Universidad de Southampton están compartiendo su investigación sobre cómo las comunidades afectadas pueden hacer uso de este pútrido problema, convirtiéndolo en abono.
El equipo también ha desarrollado un sistema de alerta temprana para que puedan prepararse las comunidades afectadas.
Vastas balsas de algas Sargassum (sargazo) están causando estragos estacionales en las costas del Atlántico tropical. Millones de toneladas de sargazo, y aumentando cada año, llegan a las playas desde México hasta África, amenazando la pesca, el turismo y los ecosistemas, incluidas las tortugas que no pueden llegar a las playas para desovar.
Hasta 2011, el sargazo estaba contenido en el Mar de los Sargazos, frente a la costa de las Bermudas. Su propagación hacia el sur, hacia aguas más cálidas donde está prosperando, fue impulsada inicialmente por un inusual evento climático, pero ahora es empujada a través del Océano Atlántico tropical por los vientos, las corrientes y los cambios en el Modo Meridional del Atlántico (la forma en que se mueve el océano). Enormes balsas de algas marinas son visibles desde el espacio, y se predice que 2023 será otro año severo.
El proyecto de investigación Sartrac, dirigido por Southampton (que colaboró con la Universidad de York, la Universidad de Ghana y la Universidad de las Indias Occidentales en Barbados y Jamaica) ha encontrado usos sostenibles para las algas marinas. Estos incluyen como compost para apoyar la regeneración de manglares y para cultivar pimientos y tomates.
El equipo del proyecto también ha creado en Ghana recursos para maestros de escuela para apoyarlos en la enseñanza de la identificación del sargazo y sus usos, y ha establecido un sistema de alerta temprana para Jamaica, que se espera se extienda a África occidental. El sistema combina datos geoespaciales y socioeconómicos para informar cuándo y dónde varará el sargazo, lo que permitirá a las comunidades prepararse para las limpiezas y gestionar su impacto.
Los académicos involucrados se reunirán en Southampton esta semana para presentar sus hallazgos a colegas y legisladores.
La líder del proyecto, Emma Tompkins, profesora de Geografía, Medio Ambiente y Desarrollo en la Universidad de Southampton, dijo: "Cuando el sargazo llega a la costa, puede acumularse metros de altura y puede ser devastador. A medida que se descompone apesta, puede causar irritaciones en la piel y desprende sulfuro de hidrógeno que puede causar dificultad para respirar. Está afectando la capacidad de los pescadores para faenar, está afectando el turismo y es un problema para los ecosistemas, particularmente para las tortugas que van a poner sus huevos en las playas en el verano cuando el sargazo está en su peor momento".
El equipo del proyecto ha establecido formas para que lo usen las personas más pobres afectadas por el sargazo.
El profesor Tompkins dijo: "En lugar de la recolección a escala industrial, hemos analizado cómo pueden usar el sargazo las comunidades costeras y los pequeños agricultores. Los usos exitosos incluyen apoyar el crecimiento de manglares y como abono para cultivar pimientos y tomates, que son cultivos importantes para las comunidades más pobres".