Reflejan las olas de las mareas de tempestad que se desplazan hacia el interior
La práctica común de construir represas para prevenir inundaciones puede en realidad contribuir a eventos más intensos de inundaciones costeras, según un nuevo estudio.
La investigación estudió los efectos de las presas construidas en los estuarios costeros, donde interactúan los ríos y las mareas oceánicas. Estos grandes proyectos de infraestructura están ganando popularidad a nivel global, en parte para ayudar a compensar la intensificación de las tormentas, la intrusión salina y la subida del nivel del mar impulsados por el cambio climático.
Al analizar datos y mediciones del puerto de Charleston, Carolina del Sur, que datan de más de un siglo, los investigadores determinaron que las represas costeras no necesariamente mitigan las inundaciones. Las represas pueden aumentar o disminuir los riesgos de inundaciones, dependiendo de la duración de un evento de oleaje y la fricción del flujo de agua.
"Generalmente pensamos que las marea de tormenta se hacen más pequeñas a medida que nos adentramos en el interior, pero la forma de la cuenca puede hacer en realidad que se agranden", dijo el autor principal Steven Dykstra, profesor adjunto de la Facultad de Pesca y Ciencias Oceánicas de la Universidad de Alaska Fairbanks.
Los estuarios suelen tener forma de embudo y se van estrechando a medida que se adentran en la tierra. La construcción de una presa acorta el estuario con un muro artificial que refleja las olas de las mareas de tempestad que se desplazan hacia el interior. La forma del canal, que se estrecha, también produce pequeños reflejos que cambian con la duración de la marejada. Dykstra comparó esas olas provocadas por la tormenta con salpicaduras en una bañera, en las que ciertas frecuencias de las olas hacen que el agua se desborde por los lados.
Imagen: Mapa del sistema portuario de Charleston, que destaca la ubicación de las estaciones de nivel de agua (puntos violetas). Las etiquetas de los ejes están en metros, zona UTM 17. Crédito: Journal of Geophysical Research: Oceans (2024). DOI: 10.1029/2023JC020498
Después de utilizar el puerto de Charleston como caso de estudio, los investigadores utilizaron modelos informáticos para medir la respuesta a las inundaciones en otros 23 estuarios en diversas áreas geográficas, que abarcaban sistemas de estuarios tanto represados como naturales, incluido Cook Inlet en Alaska.
Los modelos confirmaron que la forma de la cuenca y las alteraciones que la acortan con una represa son el componente clave para determinar cómo se desplazan las mareas y las marejadas ciclónicas hacia el interior. Con la amplitud y duración adecuadas, las olas en entornos con represas crecen en lugar de disminuir.
El estudio también determinó que las áreas alejadas de las represas costeras aún podrían verse directamente afectadas por la infraestructura creada por el hombre. En el área de Charleston, las mareas de tormenta más fuertes ocurrieron rutinariamente a más de 50 millas tierra adentro.
"Uno de los aspectos más preocupantes de esto es que a veces la gente no se da cuenta de que se encuentra en una zona de influencia costera", dijo Dykstra. "La subida del nivel del mar está haciendo que la gente que vive en zonas del interior se dé cuenta de que no están libres de los efectos costeros, y esto suele ocurrir con una inundación masiva".
El estudio se ha publicado en el Journal of Geophysical Research: Oceans: Reflection of Storm Surge and Tides in Convergent Estuaries With Dams, the Case of Charleston, USA
