Rudiger Koch quiere demostrar que los mares son un entorno viable para la expansión humana
Probablemente existan formas más sencillas de establecer un récord mundial, pero Rudiger Koch ha encontrado su método a 11 metros (36 pies) bajo el mar.
Lleva dos meses viviendo en una cápsula sumergida frente a las costas de Panamá, lo que significa, según dijo a un periodista que lo visitó, que le quedan unos dos más. "La última vez que lo revisé, todavía estaba casado", bromeó, mientras los peces nadaban en las brillantes aguas azules del Caribe fuera de los ojos de buey.
Pero Koch, un ingeniero aeroespacial alemán de 59 años, tiene planes más ambiciosos que simplemente batir un récord. Su hazaña, dice, podría cambiar la forma en que pensamos sobre la vida humana y sobre dónde podemos establecernos, incluso de manera permanente.
"Irnos al océano es algo que deberíamos hacer como especie. Lo que estamos tratando de hacer aquí es demostrar que los mares son realmente un entorno viable para la expansión humana", dice.
La cápsula de 30 metros cuadrados de Koch tiene casi todo lo necesario para la vida moderna: cama, inodoro, televisión, computadora e Internet, e incluso una bicicleta estática.
Imagen: Los peces nadan fuera de las ventanas de la casa submarina de Rudiger Koch, frente a la costa de Panamá, el 26 de noviembre de 2024.
¿Lo único que falta? Una ducha.
Su casa bajo el mar está conectada a través de un tubo vertical a otra cámara situada sobre las olas, que alberga a otros miembros de su equipo y proporciona un medio para enviar comida y periodistas curiosos.
Mientras tanto, la cámara submarina proporciona un refugio para los peces y actúa como un arrecife artificial, lo que brinda un beneficio ambiental.
"Por la noche, se pueden escuchar todos los crustáceos", dijo. "Allí están los peces y todas esas cosas, que no estaban aquí antes de que llegáramos".
Imagen: La casa submarina está conectada a una cámara sobre el agua, proporcionando un vínculo con el mundo exterior.
Una ventana al mar
En una mesita de noche se encuentra "Veinte mil leguas de viaje submarino" de Julio Verne, un clásico de ciencia ficción del siglo XIX.
Admirador del Capitán Nemo de la novela, Koch, que se sumergió el 26 de septiembre, espera salir a la superficie el 24 de enero, superando en 20 días el récord del estadounidense Joseph Dituri, que pasó 100 días sumergido en un lago de Florida.
Dos relojes indican cuánto tiempo ha pasado y cuánto tiempo queda. En esta página de OceanBuilders, puedes ver la cuenta atrás y la capsula por dentro
Una estrecha escalera de caracol conduce a la cámara situada en la parte superior, y todo el artefacto se encuentra a unos 15 minutos en barco desde la costa de Puerto Lindo, frente a la costa norte de Panamá.
Cuatro cámaras filman sus movimientos en la cápsula, recogiendo su vida diaria, monitoreando su salud mental y proporcionando pruebas de que nunca ha salido a la superficie.
El israelí Eial Berja las opera desde la sección superior, mientras se ocupa de la electricidad y del generador de emergencia.
No todo es fácil, dijo, señalando que una fuerte tormenta casi pone fin al proyecto.
Imagen: Rudiger Koch ha recibido visitas en su casa submarina de su médico y su familia, pero no ha ido a la superficie.
Fuera de los medios de comunicación, los únicos visitantes de Koch han sido su médico, sus hijos y su esposa.
El proyecto cuenta con el apoyo de Grant Romundt, de Canadá. Tanto él como Koch tienen visiones más grandiosas vinculadas al movimiento libertario (y a veces controvertido) de las "seasteading", que imagina comunidades basadas en el océano fuera del control gubernamental.
Aunque todavía le queda un largo camino por recorrer para volver a la superficie, Koch sabe exactamente lo que hará primero cuando vuelva a tierra: "una ducha, una verdadera ducha".