Una pequeña babosa marina podría tener un gran impacto en los esfuerzos exitosos de conservación costera
A medida que el cambio climático se acelera, resulta cada vez más crucial encontrar soluciones eficaces que tengan un impacto descomunal. Ahora, una nueva investigación de la Universidad Chapman muestra que un pequeño molusco marino nativo de la costa oeste de Estados Unidos puede ser la clave para una restauración costera más eficaz.
El estudio revela que esta pequeña babosa marina es notablemente tolerante al calor y genéticamente diversa en su amplia área de distribución: rasgos clave que la convierten en un socio ideal para la restauración costera resiliente al clima.
Mientras el desarrollo costero y las actividades industriales continúan degradando en todo el mundo las praderas de hierbas marinas, los hallazgos llegan en un momento crítico. A pesar de su pequeña huella, los ecosistemas de hierbas marinas brindan enormes beneficios ambientales: sirven como viveros esenciales para especies de peces comerciales, almacenan cantidades significativas de carbono costero, protegen las costas de las olas y ayudan a amortiguar la acidificación de los océanos.
Las liebres marinas (una especie de babosa marina)- actúan como aspiradoras naturales en estos ecosistemas vitales, consumiendo las algas problemáticas (epífitas) que crecen en las briznas de pastos marinos. Este servicio de limpieza es cada vez más importante a medida que el calentamiento de las aguas acelera el crecimiento de las algas, lo que puede sofocar los pastos marinos e inhibir la fotosíntesis.
Los investigadores se propusieron comprender cómo se comportarían en el futuro las liebres marinas (Phyllaplysia taylori) en aguas más cálidas y si existe resiliencia genética para sobrevivir a las condiciones futuras. Encontraron dos sorprendentes y alentadores resultados.
Imagen derecha: Mapa que ilustra los sitios de recolección a lo largo del gradiente latitudinal y dentro de la Bahía de San Francisco (SFB). Crédito: Ecosphere (2025). DOI: 10.1002/ecs2.70191
En primer lugar, los investigadores documentaron un rango extraordinario de 11°C en la tolerancia al calor entre liebres marinas: la variación más alta jamás reportada dentro de una sola especie entre múltiples grupos de animales.
En segundo lugar, las liebres marinas desde el estado de Washington hasta la bahía Morro de California son parte de una población genética única y bien mezclada, lo que desafía las expectativas sobre su limitada capacidad de dispersión.
A pesar de no tener una etapa larvaria donde puedan desplazarse por las corrientes oceánicas, estas criaturas mantienen la conectividad genética a lo largo de toda su área de distribución, lo que les proporciona una protección adicional contra los cambios ambientales.
Las implicaciones para la restauración de praderas marinas son significativas. El estudio sugiere que las liebres marinas podrían ser valiosos socios en proyectos de restauración, ayudando a mantener la salud de todos los ecosistemas alrededor de las praderas marinas recién plantadas.
"Esta especie no sufre una gran presión evolutiva debido al aumento de las temperaturas, lo que significa que está bien posicionada para apoyar los esfuerzos de restauración de las praderas marinas durante las próximas décadas", dijo la Dra. Richelle Tanner, autora principal del estudio y profesora adjunta de Ciencias y Políticas Ambientales en la Universidad Chapman.
"A pesar de todas las probabilidades evolutivas, esta pequeña babosa está prestando un enorme servicio ecosistémico y seguirá haciéndolo a pesar del cambio climático. Ahora nos toca a nosotros ponerla a trabajar en los esfuerzos de restauración".
Los hallazgos subrayan la necesidad de un nuevo enfoque para la restauración de praderas marinas que integre a los socios clave del ecosistema en lugar de simplemente plantar hierbas marinas. Basándose en estos resultados, el equipo de investigación está lanzando un nuevo proyecto, en colaboración con Friday Harbor Labs de la Universidad de Washington, para explorar cómo P. taylori puede mejorar el éxito de la restauración.
El estudio, "Variation in thermal tolerance plasticity and the costs of heat exposure in the estuarine sea hare, Phyllaplysia taylori", se ha publicado en Ecosphere