A pesar de estar prohibida durante décadas, todavía se practica ilegalmente en algunas partes
Cuando pensamos en el rápido deterioro de los arrecifes de coral, el cambio climático suele ser el primer culpable que nos viene a la mente: olas de calor, fenómenos de blanqueamiento y ciclones intensificados.
Pero en algunas partes de Indonesia, una vieja y persistente herida aún persiste bajo las olas, infligida no solo por el calentamiento del mar, sino también por los explosivos.
La pesca con explosivos —en la que los pescadores lanzan al mar bombas caseras hechas con fertilizantes y queroseno— aún se practica.
Este método de pesca ilegal mata a los peces al instante para facilitar su recolección. Además, destruye los arrecifes de coral y arrasa comunidades enteras de arrecifes en cuestión de segundos.
A diferencia de un árbol caído que puede volver a crecer, una nueva investigación demuestra que un arrecife fragmentado generalmente no puede hacerlo y puede permanecer dañado durante décadas.
Imagen: Un primer plano de los restos de coral sueltos en el fondo marino revela que los fragmentos de la pesca con explosivos son demasiado pequeños e inestables para permitir el crecimiento de nuevos corales. Satrio Hani Samudra
Escombros que se niegan a descansar
A primera vista, los escombros podrían parecer una etapa natural de la recuperación de los arrecifes. Las tormentas y los ciclones también pueden fragmentar los corales, lo que a veces los estabiliza y forma la base para el crecimiento de nuevos corales. Pero los escombros de la pesca con explosivos son diferentes.
Las explosiones rompen los corales en fragmentos mucho más pequeños, generalmente de menos de 10 cm de largo. Estos fragmentos son ligeros, inestables y fácilmente arrastrados por las olas y corrientes cotidianas. Es como intentar construir una casa sobre canicas en lugar de ladrillos: cada vez que se añade una pieza, los cimientos se mueven.
"En nuestros estudios en el Parque Nacional Bunaken, en Sulawesi del Norte, encontramos menos del 10% de los fragmentos de coral estables. Incluso los organismos que suelen ayudar a unir los escombros, como las algas coralinas y las esponjas, eran escasos. Sin estabilidad, los corales jóvenes tienen dificultades para sobrevivir, a menudo enterrados, volcados o raspados", dicen Satrio Hani Samudra y Tries Blandine Razak de la Universidad IPB en Indonesia.
Imagen: Un buzo examina un lecho de escombros destruido con explosivos, donde el fondo marino está sembrado de fragmentos de coral inestables que pueden persistir durante décadas. Rindah Talitha Vida
Resultados dispares de las primeras iniciativas de restauración
Uno de los sitios de estudio se sometió a una restauración en 2003, utilizando estructuras de cerámica en forma de domo conocidas como EcoReefs. Estos módulos se diseñaron para imitar las ramas de coral, ralentizar las corrientes y permitir que se estabilicen los escombros.
Dos décadas después, los resultados fueron decepcionantes. Muchos módulos habían sido volcados o enterrados, y aunque algunos favorecían el crecimiento de coral, la cobertura coralina general seguía siendo extremadamente baja. De hecho, el sitio restaurado no tuvo mejores resultados que las zonas cercanas sin restaurar.
En otras partes de Indonesia, métodos más recientes, como las "estrellas de arrecife" de Marte, han demostrado una recuperación más rápida. Estas estructuras son más eficaces para estabilizar los escombros, pero aún dependen en gran medida del mantenimiento y la supervisión regulares.
Cuando la restauración no cumple con las expectativas
La pesca con explosivos no es solo una reliquia del pasado. A pesar de estar prohibida durante décadas, todavía se practica ilegalmente en algunas partes de Indonesia.
Además, el legado de las explosiones pasadas es inmenso: vastas extensiones de arrecife reducidas a escombros, sin mostrar signos de recuperación natural.
La investigación destaca tres lecciones clave:
1. No todos los escombros son iguales. Los escombros generados por tormentas suelen ser más grandes y estables, lo que facilita su recuperación, mientras que los generados por explosiones permanecen persistentemente inestables.
2. El tamaño importa: los fragmentos de coral más largos tienen más probabilidades de permanecer en su lugar, unirse y sostener a los corales jóvenes, mientras que las explosiones en su mayoría producen pedazos pequeños que se mueven con demasiada facilidad.
3. La restauración requiere cuidado: las estructuras por sí solas no salvarán un arrecife; las intervenciones deben adaptarse a las condiciones locales y sostenerse con un mantenimiento continuo.
Imagen: Arrecifes artificiales de cerámica con forma de copo de nieve (EcoReefs™) instalados en la ladera arrecifal de la isla Manado Tua, con corales que comienzan a asentarse y crecer. Satrio Hani Samudra
Apoyo a la recuperación de los arrecifes
Los autores del estudio descubrieron que los escombros de la pesca con explosivos permanecen inestables incluso después de décadas, con pequeños fragmentos que se desplazan constantemente, impidiendo el asentamiento y el crecimiento de los corales jóvenes. Por el contrario, los fragmentos más grandes tenían mayor probabilidad de permanecer en su lugar, unirse y dar soporte a los nuevos corales reclutados.
Los hallazgos sugieren que es improbable que los arrecifes afectados por la pesca con explosivos se recuperen de forma natural sin intervención humana. La restauración debe priorizar la estabilización del lecho de escombros y el uso de estructuras adaptadas a las características específicas de los escombros del sitio. El éxito depende no solo de la instalación de estas estructuras, sino también de su mantenimiento a lo largo del tiempo.
Los administradores de arrecifes también deberían identificar y evaluar el origen de los escombros, caracterizar los campos y fragmentos y seleccionar métodos de intervención adecuados antes de tomar medidas, como hicieron los autores de este estudio.
Los arrecifes de coral requieren cuidados a largo plazo para sobrevivir, prosperar y seguir proporcionando alimento, protección costera y oportunidades turísticas a millones de personas. El éxito de la restauración depende no solo de las intervenciones en sí, sino también del monitoreo continuo y la gestión responsable del medio ambiente en general.
La restauración y la gestión responsable pueden salvaguardar los beneficios ecológicos y sociales de los arrecifes de coral. En definitiva, dar una segunda oportunidad a los arrecifes degradados es vital tanto para las comunidades que dependen de ellos como para la biodiversidad que los hace extraordinarios.
La investigación se ha publicado en Marine Environmental Research: Prolonged instability in blast-fished rubble beds impedes coral recovery














