La absorción y liberación de carbono está controlada por las corrientes estacionales impulsadas por el viento
Los mares de la plataforma continental (las aguas poco profundas que rodean nuestras costas y que proporcionan la mayor parte de los productos del mar del mundo) están absorbiendo más carbono del que liberan, y la fuerza y la dirección del viento predominante resultan un control clave, según muestra una nueva investigación.
Esto puede parecer una buena noticia para frenar el cambio climático, pero los científicos advierten que tiene un costo: la creciente acidificación de los océanos, que amenaza la vida marina y la seguridad alimentaria global.
El nuevo estudio, dirigido por investigadores del Convex Seascape Survey, es el primero en proporcionar evidencia basada en observaciones de que el movimiento del agua dentro y fuera de las plataformas continentales juega un importante papel en la cantidad de carbono que retienen estos mares.
Al analizar 20 años de datos de 14 mares de plataforma en todo el mundo, los científicos descubrieron que la absorción y liberación de carbono está controlada por las corrientes estacionales impulsadas por el viento en el borde de la plataforma, el punto en el que los mares poco profundos se encuentran con el océano abierto. Estas corrientes y sus flujos actúan como una autopista, transportando carbono hacia o desde la plataforma hacia las profundidades del océano, y el transporte neto depende de la dirección del viento.
Esta es la primera vez que los científicos han podido cuantificar la importancia global de estos intercambios impulsados por la corriente, lo que proporciona una nueva perspectiva sobre la mecánica de este proceso, a menudo llamado la "bomba de carbono del mar de la plataforma continental".
Imagen: Control eólico de los sumideros de CO2 en las plataformas marinas. Crédito: Global Biogeochemical Cycles (2025). DOI: 10.1029/2024gb008461
"Las plataformas continentales actúan como esponjas gigantes, ayudando a absorber el carbono de la atmósfera hacia el agua. Las plataformas luego lo transportan a las profundidades del océano, donde podría permanecer durante cientos o miles de años", explicó el profesor Jamie Shutler, de la Universidad de Exeter, quien dirigió el estudio.
"Pero si bien esta absorción de carbono ha ayudado hasta ahora a reducir los impactos climáticos que experimentamos en la tierra, también impulsa la acidificación de los océanos, ya que el CO2 disuelto forma un ácido débil. Estas no son buenas noticias para el plancton, los peces y los bivalvos costeros como los mejillones y las ostras, ya que sus hábitats se están reduciendo. Obtenemos más del 90 % de nuestros mariscos de estos mares, por lo que también representa un grave problema de seguridad alimentaria".
Reducir las emisiones sigue siendo crucial
Los hallazgos ponen de relieve un arma de doble filo: si bien las fuertes corrientes de borde de la plataforma continental pueden permitir que los mares de plataforma sigan absorbiendo carbono atmosférico, esta absorción conlleva un riesgo creciente de acidificación. Fundamentalmente, el principal impulsor de la absorción de carbono es el aumento de las emisiones de carbono generadas por las actividades y los estilos de vida humanos, incluido nuestro deseo de nuevas tecnologías.
"Este estudio refina nuestra comprensión del funcionamiento del océano", afirmó el profesor Callum Roberts, otro autor del estudio y científico principal del Convex Seascape Survey. "Al mismo tiempo, refuerza la conclusión: reducir drásticamente las emisiones es la medida más importante que podemos tomar para la salud de nuestros mares".
"Reducir las emisiones sigue siendo la única manera de garantizar la seguridad de nuestros productos del mar para las generaciones futuras. Sin ello, todos nuestros demás esfuerzos globales importantes, como la creación de áreas marinas protegidas, estarán librando una batalla perdida".
El Convex Seascape Survey es una colaboración entre Blue Marine Foundation, la Universidad de Exeter y Convex Group Limited. El ambicioso programa de investigación global de cinco años es el mayor intento hasta el momento por lograr una mayor comprensión de las propiedades y capacidades del océano y sus plataformas continentales en el ciclo del carbono de la Tierra, y cómo estos mares están siendo impactados por las actividades humanas.
El estudio se ha publicado en la revista Global Biogeochemical Cycles: Wind-Driven Control of Shelf-Sea CO2 Sinks












